Con el primer gol en contra, sin invicto, sin fútbol y con interrogantes: Deportivo Maipú perdió 1-0 ante Talleres de Córdoba, que ahora es único líder.
La noche se presentaba fría como el juego del Deportivo Maipú quien no pudo calentar motores ante un Talleres que sí entró con todo su potencial.
El equipo cordobés se apoderó de la mitad de cancha donde presionó y salió jugando con Barrionuevo por derecha y Araujo por izquierda. Ahí estuvo la clave de un partido que se le fue complicando al “Cruzado” en defensa y donde Gómez, desde temprano, ya se estaba revolcando.
Claro que tanto fue la “T” que sobre los 10’, los errores de Maipú terminaron por darle la ventaja a la visita cuando Francia de tiro libre puso el balón en el punto penal para que desde atrás ingresara el paraguayo Goiri para definir. Maipú tuvo los circuitos desconectados. Cristian Jofré, ni Juan P. Montaña pudieron por sus sectores, salvo algunas ideas de Coria que tuvo que retroceder muchos metros para conectarse con el balón.
El carril derecho de Maipú era una tentación para Talleres, ya que Poblete desde el fondo, y Montaña en la mitad de cancha, no terminaban de cerrar, ni atacar aprovechados por Juan Pablo Francia quien complicó con pelotazos.
Recién sobre los 37’ Maipú llego con una posibilidad clara cuando Jofré, por medio de un tiro libre, llegó al área de la visita, peinó Poblete pero el arquero Lucas Ischuk se quedó con el balón. A partir de ahí, Maipú creció en circulación y emparejó las acciones terminando un primer tiempo jugando de menor a mayor.
Por eso, para el complemento se esperaba la definitiva reacción de Maipú.
Ante esto se hizo un partidazo. Ambos equipos sacaron a relucir su calidad individual y colectiva. Claro que el cambio de Matías Banco por Coria fue clave, ya que Allosa pasó a jugar por izquierda, Banco de enganche, Jofré más metido en ofensiva y Sacripanti bien de punta.
Pero nadie funcionó como se pensó. Maipú perdió el balón, las ideas y por ende el equilibrio futbolístico. Y si bien Maipú le cortó la circulación por las bandas a Talleres le faltó profundidad. Sobre los 20’, Talleres apostó a la contra y fue donde Araujo exigió a Gómez quien sacó lo que era el segundo de la visita.
Luego, a los 23’, una vez más Gómez le rechazó otro balón, en esta oportunidad a Olivera. Maipú, estaba ahogado, pero seguía respirando. La defensa estaba muy “cruzada” y no hacia pie, sólo las manos de Gómez defendían.
Talleres creció desde la contención que le dieron Beraldi y Burgos. Así Talleres fue sosteniendo su trabajo que no pasó sobresaltos en gran parte del partido. El partido se iba y Maipú no reaccionaba. Sobre el final una mano de Rodrigo Burgos, no sancionada por el árbitro Guillermo González, hizo reaccionar a todo el “Cruzado”, pero ya era tarde, el resultado estaba sentenciado, como así también la perdida del invicto.