José Luis Toso - jtoso@losandes.com.ar
La visita presidencial permitió al oficialismo local disfrutar la mejor semana en lo que va de la campaña. El optimismo a partir del acto del miércoles en Beltrán parece invadir a la gran mayoría de la dirigencia, que ahora dice tener la certeza de que “se puede ganar” el domingo 21. Ayuda la imagen positiva bastante alta de Cristina Fernández aquí.
Si bien el entusiasmo ya había comenzado luego del acercamiento conseguido días atrás en los encuentros con la cúpula kirchnerista, en la Casa Rosada, el espaldarazo que significó la presencia de Cristina Fernández de Kirchner en suelo mendocino es ahora muy valorado.
Es que que el tremendo (y muy costoso) despliegue que la Presidencia de la Nación realiza en cada puesta en escena como la vista en Mendoza, repercute favorablemente en el ánimo de dirigentes y militantes. Con más razón luego de dos años de ausencia de la Presidenta por aquí.
Allegados al candidato a gobernador del Frente para la Victoria comentaron que Aníbal Fernández dijo a los dirigentes locales, a modo de estímulo, que “están a punto” de dar vuelta la historia, refiriéndose a las posibilidades electorales de este mes en comparación con lo que ocurrió en las primarias del 19 de abril.
Tratándose del siempre imprevisible jefe de Gabinete, el dato no es fácilmente asimilado por la dirigencia cercana a Bermejo, aunque algunos también se ilusionan y dicen que “si en el kirchnerismo hubieran sabido que las cosas no están bien aquí, no habrían venido a montar semejante acto”.
Sí están seguros en el comando oficialista de que el 40% de la sumatoria de los tres precandidatos está debidamente fidelizado luego del espaldarazo que dio Cristina a la fórmula mendocina.
Con más razón al comprobar el tremendo respaldo que la Presidenta está dando a la joven Anabel Fernández Sagasti que, con la cercanía que ha obtenido de la jefa de Estado, está demostrando que su influencia política no sólo se circunscribe a la embestida oficialista contra la Corte, y en especial al juez Fayt, en la Cámara de Diputados; la camporista mendocina está llamada a ser, como ya se ha comentado, figura importante de la resistencia kirchnerista desde el Congreso ante eventuales cambios de rumbo político y económico cuando asuma un nuevo gobierno en diciembre.
“El kirchnerista mendocino ahora sabe que debe apoyar a Bermejo”, dicen más tranquilos quienes frecuentan al maipucino y también se animan a pensar que votos más K que peronistas depositados a favor de Cornejo en las PASO puedan, en cambio, favorecer al oficialismo en la elección definitoria que viene.
Confirman en el entorno de Bermejo que el jueves viene a la provincia Daniel Scioli. El bonaerense, principal precandidato oficialista según todas las encuestas, firmará aquí con el candidato del peronismo provincial un acta compromiso que, según dicen en el equipo sciolista, es rubricado en cada territorio que visita para el desarrollo de obras pendientes de interés provincial.
También habría un vistazo a los intereses de la economía regional y un encuentro con empresarios. Además, tienen aquí la intención de caminar con Scioli y mostrarlo en distintos lugares. Apelan a la buena predisposición que el mandatario bonaerense siempre mantuvo con Mendoza, su amistad de siempre con Carlos Ciurca y su buena relación con Francisco Pérez en los últimos tiempos.
En el Frente para la Victoria también creen que van a tener la posibilidad de traer a Florencio Randazzo, el más kirchnerista de los dos precandidatos nacionales del oficialismo, luego de la visita de Scioli. Aunque en este caso la expectativa es mucho menor.
El tramo final. Adolfo Bermejo enfrenta ahora un gran desafío. Tiene toda la bendición kirchnerista posible y encabeza a un peronismo mendocino unido por la necesidad de defender la gobernación o, por lo menos, caer lo más dignamente posible el domingo 21.
Está claro que esos pocos puntos porcentuales del global de abril, sumando lo obtenido por los tres precandidatos, es la primera gran meta. A partir de ahí, tendrán que pensar en el PJ en los puntos porcentuales que pueda resignar la fórmula Cornejo-Montero y cómo será el rendimiento de la izquierda, la lejana tercera opción electoral.
El debate realizado el jueves en la Universidad del Aconcagua, en cuya organización participó Los Andes, mostró al candidato oficialista tal cual es: medido y respetuoso, aun habiendo tenido que chicanear dos o tres veces al siempre picante contendiente que le tocó, Alfredo Cornejo. Con ese estilo, que Bermejo jura que nunca dejará de lado, deberá mantener en alto el fervor peronista potenciado luego del acto en Maipú.
Cautela en la oposición. En cuanto al radicalismo, pocas voces se escuchan espontáneamente en estos días. Sin duda, hay un respeto por la mística del peronismo y su capacidad para revertir escenas desfavorables, en especial cuando hay riesgo de perder el poder pero se mantienen posibilidades de pelear.
Preocupa el estilo confrontativo de Cornejo, aunque una gran mayoría de la dirigencia y allegados se rinde a sus pies ante la firmeza con la que el candidato defiende su postura y fundamenta cada uno de los tremendos dardos que, en cada aparición pública, arroja a las administraciones de Jaque y de Pérez.
“El problema de Alfredo es que piensa más rápido de lo que habla y encima su oratoria no es buena. Pero es impresionante la claridad que tiene sobre los números de la provincia”, se admiraba un simpatizante cornejista poco después de presenciar el debate que organizó este diario el jueves.
Aquel exceso de la noche del triunfo en las PASO, cuando desafió a Pérez pensando en una transición aún lejana, tal vez sea el mayor pecado que propios y extraños reclamen al candidato opositor a la hora de redimirse políticamente.
Esa actitud, tal vez no tanto soberbia sino producto de un desmedido impulso triunfalista, posiblemente haya influido en ese silencio relativo del godoicruceño, que ha hecho pensar a más de uno que, en la práctica, se encuentra “haciendo la plancha” amparado en el respaldo que recibió en las urnas aquel día.
Las encuestas muy pronto dirán si debe seguir en esa actitud contemplativa o si debe apurar el tranco nuevamente. Estos son días de mediciones cuyos resultados se conocerán a la brevedad.
Mientras tanto, la campaña sigue siendo muy activa desde el radicalismo en los departamentos clave. Ahí se suma la siempre valorada presencia de Cobos, quien ejerce una suerte de padrinazgo de los candidatos, en especial de los que, como Iglesias en Guaymallén y Orozco en Las Heras, pretenden arrebatar al peronismo bastiones fundamentales.
Cobos, además, ya está convencido de que debe ser candidato a senador nacional en las primarias de agosto y nada parece poder cambiar esa decisión.
Hasta desde el macrismo, que por estos días parece querer ver totalmente derrotado políticamente a Sergio Massa, ven con agrado la presencia del ex gobernador en la boleta nacional por Mendoza y consideran viable su pretensión de tener el respaldo electoral de un frente como el que se conformó detrás de la fórmula Cornejo-Montero.
Faltan dos semanas para saber quién gobernará a esta provincia desde diciembre. No se puede hablar de final abierto hasta conocer los primeros sondeos serios que se realicen pero nadie puede negar que la inyección de optimismo que ha obtenido el justicialismo, con la presencia presidencial, puede obligar a la oposición a replantear estrategias.