Como sucedió tras el agónico triunfo ante Talleres de Córdoba hace 15 días, el entrenador de Independiente Rivadavia dejó el campo de juego, levantando los brazos y tirando besos a la platea cubierta. Vaya a saber a quién se los habrá dedicado. Sin embargo, sus palabras retumbaron en el los pasillos del Bautista Gargantini.
Tras felicitar a cada uno de sus jugadores y recibir el abrazo de casi un centenar de allegados al club que invadieron la zona de vestuarios, Roberto Trotta, con una sonrisa enorme en su rostro, dejó frases impactantes: “Sin dudas, soy el mejor de todos. Ahora, hay que sacarle el quizá, soy el mejor de todos; pasaron muchos, pero yo soy el mejor. Es una alegría enorme. Logramos 55 puntos y cumplimos nuestro objetivo de mantener la categoría”.
De inmediato, agregó: “Estoy feliz por todos los chicos, por todos, por la gente y por el club. Los chicos hicieron un esfuerzo enorme. En momentos límites siempre estuvieron presente. Siempre repito, ellos ganan y pierden los partidos. Nosotros elegimos y acomodamos. Salió todo muy bien. Estábamos convencidos que todo iba a salir muy bien”. Sobre su continuidad, afirmó: “Primero vamos a ir a Misiones a disfrutar el partido, después hablaremos”.