Dis. Int. Florencia Suárez Apatye
En esta época del año, nuestro espíritu se llena de color. Pasada la temporada invernal, con la primavera y el verano queremos llenar nuestros espacios de vida. Y si existe algo que sin dudas lo hace, es el color.
El color es uno de los elementos decorativos más poderosos que existe en una casa. Se utiliza para crear espacios, marcar estilos y sobre todo para reflejar la personalidad.
Siempre se ha dicho que el manejo del color y su combinación son unos de los aspectos más importantes en el diseño de interiores. Combinar no es repetir un mismo color en un espacio. La magia de hacerlo es saber unir distintos colores, materiales o formas en una composición que armonice todo y a la vez quede genial.
Hemos seleccionado algunos espacios que no le temieron al uso del color y que esperamos sean inspiradores para animarse a jugar con ellos y sus variaciones tonales.
El color para todos los días, alegra la vida. Sin temor a cansarse de los tonos intensos, generar un punto focal con un tapizado que resalte le da carácter al espacio.
Actualmente, armar espacios con todo blanco se mantiene entre una de las mayores tendencias. Tal vez por la luz, probablemente por la amplitud que brinda a los espacios o porque, simplemente, es ir a lo seguro. Todas estas opciones son válidas, pero ¿por qué no jugarse un poco mas y sumarle color?. Algo que se convierta en el punto focal del espacio, algo que quiebre la monocromía: un tapizado, un cuadro, un almohadón o simplemente un ramo de flores coloridas.
Un sillón de estilo con tapizado de varios colores otorga vida a un espacio lleno de luz. Cuadros y objetos no convencionales pueden llenar un espacio de vida.
Armar un espacio con un mismo color para resaltar detalles. En este ejemplo, el naranja en objetos puntuales ofrece luz y personalidad.
Cualquier espacio de la casa es correcto para darle color. Un mueble restaurado con un intenso color le da vida a un rincón. Para complementarlo, flores haciendo juego.
¿Simpatía por el color? Adelante. Atreverse a combinar colores, géneros y formas es lo mejor que puede suceder. En este caso los colores son los que dominan el espacio. Algunos elementos en tonos neutros, armonizan la sala.
Un espacio ideal para jugar con los colores es el dormitorio de los chicos. Ahí, donde la creatividad está naciendo, es el espacio lícito para innovar y darle rienda suelta al color.