Independiente Rivadavia estiró en Lomas de Zamora su racha negativa y ahora acumula doce encuentros consecutivos sin saber lo que es sumar de a tres. No tiene victorias en el 2017 y ésta ya es la segunda peor racha del Azul en la B Nacional (la peor se dio en la temporada 1999/2000, donde el equipo llegó a estar 14 partidos sin conseguir una victoria). Dentro de este escenario adverso y oscuro, se dio en Lomas de Zamora un indicio de esperanza, un halo de luz: el equipo volvió a sumar puntos en los últimos cinco minutos de partido.
Eso, que se había vuelto como en una especie de mística, el Azul la reencontró ante Los Andes en un partido que perdía 0-2 ante un Milrayitas que si bien había hecho más que Independiente para ganarlo no parecía suficiente para ponerse 2-0 arriba. El Azul se paró con tres en el fondo en el tramo final y con sólo voluntad logró descontar en un derroche de optimismo de Tarragona, quien fue a buscar una pelota que parecía perdida y en el minuto 44 le cayó en la zurda de Cardozo un regalito del arquero local y el goleador de la Lepra puso el 2-2 final. Sí, Independiente con muy poquito (casi nada) empataba un partido en el que nadie daba dos pesos por el equipo de Berti.
"No nos den por muerto", advirtió luego Gastón González. Es que sería un error. Independiente saca agua de las piedras y en el momento menos pensado saca un conejo de la galera. Los Andes fue la tercera víctima que por confiarse cedió punto antes este Azul que ya le igualó partidos a San Martín de Tucumán y All Boys tras estar dos goles abajo. Hoy está en una situación muy incómoda en la tabla de los promedios y su suerte parece echada. Aunque da la sensación que Independiente se trae algo más entre manos...
