La historia de Kevin Hoistacher merecería convertirse en el guión de una película. El joven argentino, detenido el 21 de julio pasado en Rusia por tener en su poder medio gramo de marihuana, fue liberado ayer en la localidad de Vyborg, a donde lo habían trasladado para ser juzgado después de permanecer en un centro de alta seguridad en San Petersburgo. Pero sus tribulaciones en el lejano país aún no terminaron.
El juez que intervino en la causa entendió que Hoistacher no pretendía comerciar el medio gramo de marihuana que hallaron mezclada con tabaco en un cigarrillo, y a pesar de que la causa se encuentra caratulada como "contrabando agravado" le permitió salir en libertad condicional.
Mientras tanto, se realizará una investigación para determinar si la droga era para su consumo personal y no para vender. El joven tiene una nueva audiencia el 15 de octubre y hasta entonces tendrá que estar bajo la tutela del cónsul Jorge Zobenica y probablemente viva en un hotel.
"Aun tengo que enfrentar muchos problemas en Finlandia. No sé si podré conservar mi trabajo o seguir estudiando en la universidad, pero mi libertad no se compara con nada. Lo único que me importa es lo que hay de aquí para adelante. No comí en 20 horas y ni siquiera hablé con mi mujer. Lo que sigue es la cena con mi familia y nada más", dijo Kevin apenas salió de la cárcel, tras 53 días de detención.
"Hay que mirar para adelante. Sé que aún quedan cosas por resolver pero estar libre es un gran paso. Fue una experiencia dura", agregó. Su peor temor era ser trasladado a Siberia, donde alojan a los contrabandistas.
La defensa de Hoistacher presentó ante el magistrado una carta del cónsul y otra del canciller Héctor Timerman donde se destacaba la personalidad del joven, de 23 años, que hace dos vive en Finlandia y está casado con una joven artista plástica de ese país, Noora Hoistacher.