Un revuelo insospechado levantó la última tapa de Vanity Fair: Emma Watson, que pronto estrenará "La bella y la bestia" (apunte: el 17 de marzo), cayó en la "tentación" de salir en la tapa de una revista cuyo nombre en español sería algo así como "La feria de las vanidades".
Cayó en la vanidad de las cantantes, modelos y actrices que, muchas veces, para ser entrevistadas tuvieron que descubrir alguna parte de su cuerpo. Polémico, si pensamos en alguien que desde hace un tiempo es considerada un ícono del feminismo.
Y esta vez, las críticas no vinieron de quienes pretenden seguir viéndola como una niña maga o una mujer casta cercana al mundo cristiano (que fue como la hemos visto, más o menos, en "Noé" y "Regresión"). Ahora las críticas vinieron desde un lugar donde ella procuró, a través de un discurso de antología que muchos recordarán, hacerse un espacio: el de la lucha por los derechos de la mujer.
Puntualmente, la imagen de la discordia es:
Aquí puede verse a la actriz de 26 años en un topless muy cuidado, solo cubierta por un chal de la cintura para arriba.
“Cuando terminé (el rodaje de ‘La bella y la bestia’), sentí como si hubiera hecho esa transición de ser una mujer en la pantalla”, dijo en la entrevista mencionada.
¿Tendrá que ver con esta transformación profesional el hecho de que ahora haya aceptado una exposición de este tono? No lo sabemos, aunque es probable.
Recordemos que ella es una orgullosa feminista, por lo que esta foto tuvo respuestas inmediatas de los espacios que alguna vez la miraron con simpatía.
Una fue la de Julia Hartley-Brewer, columnista de "The Telegraph", que ironizó en su Twitter: "Feminismo, feminismo... brecha salarial de género... ¿por qué no me toman en serio? El feminismo... oh, ¡y aquí están mis tetas!". Así, ácida y letal.
Watson prefirió no meterse en la polémica, aunque se escudó de antemano en la revista. Allí mismo quiso defenderse de la aparente contradicción entre su lucha por los derechos (y la no cosificación) de la mujer y el hecho de que haya encarnado ahora a una princesa de Disney, que como sabemos es el semillero de estereotipos entre las niñas del mundo.
La ex-maga respondió que Bella es "absolutamente una princesa de Disney, pero no es un personaje pasivo. Ella está a cargo de su propio destino".
Otro de los temas que se tocaron fue el de las selfies con sus fans, que ella siempre rechaza. La razón, según expresó, se debe a que quiere separar trabajo y tiempo libre: "Para mí, es la diferencia entre tener la oportunidad de vivir una vida y no tenerla... (...) No puedo ofrecer esa información de seguimiento".