Copacabana explota. Miles de turistas del todo el mundo caminan por la avenida principal con camisetas de todas las selecciones que compiten en la Copa del Mundo.
Holandeses, ingleses, brasileños, argentinos, chilenos, coreanos, japoneses, españoles, italianos. Es una cita mundial que nadie quiere perderse. Río es la capital de esta copa del mundo. Ruidos de tambores se roban toda la atención. Es una murga típica de argentinos. Son 10 artistas que se roban los aplausos de todos los transeúntes.
Se llaman La Fantástica Percusión de la Buenos Aires y la mayoría de ellos llegaron en barco a Brasil. Estuvieron en Colombia durante tres meses probando suerte. El Mundial de Fútbol no podía ser ajeno y decidieron estar presentes. Hace 15 días que están instalados en un camping de Río de Janeiro. Mientras los tambores y los distintos ritmos musicales hacen a delirar hasta los policías Federales de Brasil, que fiel a su estilo, se contagian con el ritmo y se animar a menear sus cuerpos, aparece en escena un joven delgado, con su cabeza repleta de rastas, arito en la nariz, remera roja y una capri con el escudo de River Plate.
Empieza a hacer jueguitos. Un toque, dos toques, cabecita, muslo, hombro, cabecita y vuelve con las payanitas. El público explota. El sonido de la murga aumenta y vuelven a saltar todos. Río es una fiesta. Sólo a treinta metros está el ingreso de la fans fest FIFA y miles de chilenos y españoles invaden el circuito. Sin embargo, el flaquito de rastas la rompe.
Muchos, al darse cuenta que es argentino por el pantaloncito, lo piden para la Selección. “Sabella el rasta es argentino”. Estamos hablando de Flavio Borquez, un mendocino de 23 años que vive en el barrio Metalúrgico, Godoy Cruz. Mochilero de alma y aventurero de corazón. Pisó suelo brasileño hace 20 días.
Mientras conocía gente y buscaba algún tipo de trabajo para vivir el Mundial, conoció este grupo de músicos argentinos que trabajan a la gorra. “Pegamos onda enseguida y me sumé a su grupo. Es espectacular lo que estamos viviendo. La gente reconoce nuestro trabajo. Estamos evaluando seguir a la Selección Argentina o quedarnos en Río. Por el momento todo esto es una fiesta digna de vivir. Una experiencia única”.
Mientras Flavio contaba su vida a Más Deportes, hubo un dato que no pasó desapercibido: el flaco de rastas más allá de ser mendocino es primo de Enzo Pérez, el único jugador nacido en la tierra del sol y del buen vino que integra la selección de Alejandro Sabella. "Siempre me gustó el fútbol. Jugué con amigos en el barrio y en la escuela. Mi familia respira fútbol. Soy primo de Enzo Pérez, su familia vive muy cerca de mi casa. Nosotros somos del barrio Covimet y ellos viven unas cuadras más abajo, en el barrio Antártida. Siempre lo seguí a Enzo cuando jugó en Godoy Cruz", contó el hombre de los jueguitos.
Sobre su simpatía por algún club de Mendoza, expresó: “Cuando era chico siempre fui a ver Gutiérrez, ya de más grande seguí a Godoy Cruz por mi primo, sin embargo, mi corazón dice River Plate”. Continuando con su relato sobre su vida diaria en Río de Janeiro, el mendocino, explicó: “Vivimos todos juntos en un camping.
La relación entre todos nosotros es fantástica. Admiro lo que hacen mis compañeros. Muchos de ellos llegaron navegando por el Amazonas. Tienen historias de vidas muy copadas. Digna de contar. Uno para realizar este tipo de aventuras tiene que tener una personalidad especial, un carácter distinto. La clave es ser buena persona. Hay códigos en la vida que uno no puede romper. Cuando uno sella una amistad es para siempre”, concluyó.