“Mi sueño más grande desde siempre fue jugar los Juegos Olímpicos. Siempre, siempre, siempre” (sic), se apreció en la voz de una joven de 19 años que está a días de representar a Argentina en el torneo deportivo más importante del mundo.
"Otro de los sueños que tengo es poder transmitirles a las personas el deporte como herramienta para incluirlos en la sociedad. Que sirva como una herramienta de inclusión social. El deporte es una herramienta muy sana que transmite muchos valores", puntualizó.
Si es verdad que los sueños se logran con esfuerzo, ella lo representa. La vida de Macarena Sans, la mendocina que disputará los próximos Juegos Olímpicos de Río de Janeiro con el seleccionado argentino de handball, es la concreción de los miles de sueños que concurren al parque San Martín y a los centros deportivos de Mendoza todos los días.
Oriunda del barrio Bombal, lleva el deporte como forma de vida desde que nació. Con madre y padre profesores de educación física, su amor por entrenar marcó sus días más que cualquier otra cosa. Club Mendoza de Regatas la formó y hoy es parte de su identidad.
“Yo siempre fui y soy muy fanática de mi club, Regatas. Siempre dije que no me iba a ir porque creo que es difícil que Argentina crezca en el handball cuando los jugadores que están en la selección se van todos a jugar a Buenos Aires.”, manifestó destacando el amor por su escuela y se planta ante una problemática deportiva denotando la responsabilidad que marca su naciente carrera.
En 2014 la citaron para entrenar con el seleccionado argentino y su vida tomo vuelo para siempre. Ese año disputó el Sudamericano de Brasil con la selección juvenil y dos mundiales: Macedonia y Croacia con las Junior, la categoría siguiente.
Los juegos Panamericanos de Toronto 2015 le dieron, a ella y al seleccionado femenino argentino, el sueño que jamás van a olvidar: clasificar a un Juego Olímpico por primera vez. “Estar ahí fue increíble. Estar en el final del partido me encantó, superó mis expectativas, mis sueños”, confesó Sans, quien metió cuatro goles en la semifinal ante México que determinó la plaza a las Olimpíadas.
Actualmente juega en el club bonaerense Municipalidad de Vicente López pero anhela volver a su Mendoza natal. No se desvela con una transferencia al exterior y ve al deporte como "una herramienta de inclusión social". Con el cielo olímpico a pocos metros planea un partido a beneficio en el club Regatas y corona: "Este es el sueño mas grande que siempre tuve".
-¿Qué eran los Juegos Olímpicos para vos antes de meterte en el mundo del handball?
- Desde chicos respiramos deportes todo el tiempo, todos los meses del año. Siempre mirábamos los Juegos por la tele con mi mamá y mi papá. Yo quería que el handball femenino pudiera participar. Cuando fui quedando en las selecciones, integrando sudamericanos, panamericanos, mundiales se fueron acercando esos juegos.Fue un sueño cumplido clasificar a los Juegos y entrar en la lista. Algo que siempre soñé.
- ¿Como empezaste a jugar al handball?
- Siempre hacíamos mucho deporte, siempre estábamos adentro del club. Yo hacía natación y hockey. Un día arranqué con el handball y terminé haciendo los tres deportes. En un momento me tuve que decidir por uno y elegí el handball porque al siguiente año me llamaron de la selección de Mendoza y eso me motivó para seguir.
- ¿Cuándo empezaste a ver que el handball dejaba de ser un pasatiempo para ser algo a lo que podías dedicar tu vida?
- En realidad siempre, desde chica, fui una jugadora muy responsable. Nunca faltaba a entrenar, siempre llegaba temprano, a mi me encantaba el club y me sigue encantando. Era una fanática de entrenar, de estar hasta tarde. Eso lo llevo conmigo desde chica, era muy chica y entrenaba tanto como se entrena en la selección.
- ¿Cómo fue el momento de viajar a Buenos Aires?
- Cuando tenía 14 años llegó a Regatas la citación para ir a Buenos Aires a entrenar. Era muy chica y éramos cuatro de Mendoza. Al principio viajaba una vez al mes, luego se incrementaron los torneos y en paralelo estaba en la secundaria.
- Era una situación complicada para tu entorno, ya que debías dejar la escuela y la casa por semanas.
- Fue difícil para mis papás y para el resto de mi familia, porque era muy chica y viajaba sola. Me cuesta y me sigue costando estar lejos pero los objetivos son tan grandes que uno lo hace y está convencido. Como el objetivo era tan grande, accedí a venir a jugar (a Buenos Aires) para entrenar todas las semanas.
- ¿Qué generó en Regatas este buen momento que estás pasando en el handball?, ¿Te saluda gente que no te conocía personalmente?
- Sí, eso me sorprendió bastante. Después de los Panamericanos de Toronto que los pasaron por la TV. Muchos de los más chiquitos que juegan me conocen y siguen los partidos. A mi me gusta porque los inspira a ellos a seguir creciendo y a seguir entrenando, es una de las cosas que más me importa.
- ¿Te sorprende la cantidad de viajes y el ascenso de tu figura en el deporte nacional?
Me sorprende porque me tocó estar en todas las listas, fue todo muy junto. Desde el 2014, que fue el primer mundial que jugué, no paré hasta ahora, de viajar y de jugar torneos. Trabajé mucho para eso y por eso lo conseguí. Todavía no caigo en lo de los Juegos, voy a caer cuando esté ahí, siempre lo soñé. Estoy ansiosa, muy ansiosa.
- Estos dos años te cambiaron la vida...
- Sí, totalmente, desde que empecé a viajar planifico mi vida en torno a la selección y al handball. Me cambió la vida.
- ¿Cómo te imaginas tu futuro como deportista?
- Me encantaría seguir en la selección todo lo que pueda. También me mucho ayudar a otras personas con todo lo que aprendo, plasmar los conocimientos en los más chicos. Seguir ayudando a que el handball de Argentina y Mendoza siga creciendo.
La regatense y hoy en VILO, en una visita previa a Los Andes y portando la camiseta nacional. (Archivo)
- ¿Soñás con jugar en el exterior?
- Me quiero ir a jugar afuera, tenerlo como experiencia y seguir sumando para la selección. Siempre. No me interesa tanto hacer una carrera profesional en otro lado sino aprender muchas cosas para sumar en la selección.
- Un sueño y un objetivo...
- Mi sueño más grande desde siempre fue jugar los Juegos Olímpicos: siempre, siempre, siempre (sic). Ahora que estoy cerca de poder cumplirlo, mi sueño es que Argentina pueda ser una potencia mundial como los equipos europeos. Que el handball crezca y se desarrolle como deporte profesional.