De menor a mayor. Así fue el triunfo de Independiente Rivadavia en Puerto Madryn ante Guillermo Brown por 2-0 con goles de Hernán Gautier y Agustín Sanfilippo.
Con esta victoria, el equipo de Pablo Quinteros cortó una racha de tres partidos sin triunfos (dos derrotas y un empate) y ahora alcanzó los 45 puntos, es decir, que quedó a 4 unidades de Los Andes, quien acumula 49 y sería el último clasificado al reducido para jugar por el segundo ascenso.
Un triunfo que permite soñar. Quedan aún 9 fechas en la hoja de ruta y los jugadores de Independiente saben que si recuperan ese andar colectivo aceitado que mostraron en varios pasajes de la primera rueda, el sueño de llegar a pelear por el segundo ascenso no es imposible.
En los primeros minutos del partido, Guillermo Brown intentó hacer pesar la localía. Dominio territorial absoluto y acorraló al Azul contra el arco de Maxi Scapparoni, quien respondió de manera formidable cada vez que le tocó intervenir.
Sin embargo, esa superioridad se fue diluyendo y el volumen de juego de Independiente comenzó a crecer. Mucho tuvo que ver las corridas y el atrevimiento de José Méndez, quien se convirtió en una pesadilla para la última línea de Madryn.
En el primer tiempo, la más clara fue para el dueño de casa y fue cuando Susvielles remató por arriba del horizontal dentro del área. Después, mucho roce, imprecisiones y abuso del pelotazo por ambos lados.
En el complemento otra fue la historia. Independiente Rivadavia tuvo un orden defensivo admirable. Cerró todos los caminos de creación del equipo de Marcelo Fuentes. Apostó al contragolpe y la apuesta fue satisfactoria. Apareció Méndez y dibujó una jugada individual magistral y posterior habilitación a Hernán Gautier, quien definió con tres dedos. Espectacular.
Con la ventaja a su favor, la Lepra impuso su ritmo de juego. Jugó con la desesperación de Brown de Madryn, quien está complicado con el tema del promedio del descenso y sólo tuvo el pelotazo y los centros como único recurso para vulnerar al 1 del Azul del parque. Casi lo empata pero el travesaño dijo que no al cabezazo de Barone.
El partido se moría, Independiente aguantaba y salió otro contragolpe de tiza y pizarrón. Sanfilippo apostó por la individual y selló el 2-0. Ganó la Lepra, ayudó al Lobo y sueña con el reducido.