¿Quién fue Juan Draghi Lucero? Un escritor comprometido, coherente desde su juventud hasta el final, mantuvo sus ideales inquebrantables. Se gastaba en explicaciones pacientes y concisas, conciliadoras, evitaba discusiones, hablaba en voz baja y su rostro reflejaba paz y extrema sencillez.
Un pensador, autor de poemas, canciones, teatro, novelas, cuentos, que incluyen una larga lista de libros con profundos mensajes sobre la libertad y la justicia social, y por sobre todo un investigador infatigable de las raíces de América, con la misma pasión que se dedicó a las letras, lo hizo con el cultivo de la tierra y la apicultura.
Trabajó desde niño por ser el hermano mayor y haber perdido a su padre, instruido inmigrante italiano constructor de carruajes y máquinas agrícolas. Cursaba tercer grado cuando la fatalidad llegó a su hogar y se vieron obligados a ir poco a poco vendiendo pertenencias, hasta tomar cuesta abajo por el camino de la pobreza, sólo les quedó un carro, su madre con niños pequeños aun se asoció a un jarillero con el que Juancito se internaba en los campos por dos o tres días hasta completar la carga, era un criollo dueño de una memoria privilegiada que para acortar las largas noches de soledad le contaba todo lo que atesoraba en su memoria a la luz del fuego, única llama que iluminaba la oscura noche de un niño, sin infancia.
Dentro de las adversidades contó siempre con el apoyo de su cariñosa madre que sabía encontrar palabras de consuelo y esperanzas en los momentos difíciles.
El niño fue nutriendo su ansiedad "de saber" con aquella literatura trasplantada de la península Ibérica, mezcla de la antigua España castellana y la cultura dejada por los moros, que aquí fue tomando matices cuyanos y que él rescatara en su laureada obra "Las Mil y una Noches Argentinas" (1956), ilustrada por el famoso artista plástico Víctor Delhez.
Juancito se fue acostumbrando a escribir casi en la oscuridad, sus primeros apuntes fueron tomados a la orilla de los fogones en papel de envoltorio que conseguía en los almacenes.
Estos episodios de su sacrificada vida de niño los volcó en una de sus conmovedoras narraciones "La Bandera Argentina de mi Madre", relato que había contado a su incondicional amigo el Doctor Edmundo Correas, quien lo impulsó a escribirlo.
Muy joven dio muestras de su capacidad literaria y trabajó en periódicos y revistas, recordaba con emoción y agradecimiento, que en 1927, por vez primera salió del país, viajó a EE.UU. a un Congreso de Periodismo representando a Diario Los Andes, lo que aprovechó al máximo, visitando acreditados medios de comunicación, para difundir lo cuyano y los famosos centros apícolas de California, de donde trajo abejas reinas para mejorar la arruinada industria apícola creada por el sabio Miguel Pouget en 1853, que él pacientemente rescatara, con las que funda la primera Escuela Apícola del país, con sede en el Parque del Oeste, actual San Martín.
Incansable investigador de documentos, recorrió archivos de América de un extremo a otro, ahondando su indagación en Santiago de Chile para extraer las raíces de las provincias cuyanas, caudal incomparable de transcripción de documentos que han sido básicos para los buceadores de historia, publicados bajo el titulo:
"Fuente Americana de la Historia Argentina", lo que demuestra que Mendoza es una las ciudades más antiguas del país, y que formaba parte de un plan estratégico de avance hacia el Sur del continente, vinculado con Santiago de Chile y el Norte donde asentaba el Centro principal, Cuzco, y a la vez con las poblaciones que se irían fundando hasta llegar al Río de la Plata y la conquista de la Patagonia, lo que explica en su extraordinario trabajo: "La Fundación de Mendoza y la Ruta del Mar del Norte".
En épocas que aun no se había descubierto la fotografía ilustró investigaciones con sus cualidades de dibujante, como en "La Bodega Mendocina y Sanjuanina", primer trabajo minuciosamente documentado sobre los inicios de la elaboración del vino.
Rastreador de historias, canciones y coplas que le contaron los ancianos. Investigó el folclore como ciencia y comenzó a publicar casi con el nacer del siglo XX, hasta lograr su obra cumbre "El Cancionero Popular Cuyano" en 1938, premiado a nivel nacional, donde no sólo rescata canciones con indicación de quien se las dictó y en qué lugar, contiene además un estudio de las economías y la sociedad de la época. Tuvo activa participación en importantes eventos nacionales e internacionales sobre estudios folclóricos (...).
Sus esforzados estudios, causa de sus desvelos de noches agotadoras, (en el día había que trabajar), le permitieron alcanzar altos cargos en la Universidad Nacional de Cuyo donde trabajó desde que se fundó, 1939, junto al doctor Edmundo Correas, co-fundador y primer Rector. (Ambos integrantes de la fundación de la Junta de Estudios Históricos en 1923). (...)
En la Universidad Nacional de Cuyo se creó el Instituto de Investigaciones Históricas, puesto bajo su Dirección, donde se inicia la tarea de transcripción de documentos: "Con una erudita introducción de Juan Draghi Lucero, que ha tomado a su cargo, además la importante tarea de la ordenación del material, preparación del índice de materias y de voces aborígenes."
Será el comienzo de una nueva etapa en los Archivos Históricos Argentinos, confirma el doctor Ricardo Levenne en 1944, que preside la Academia Nacional de la Historia.
Fue invitado por universidades de países Sudamericanos, de Estados Unidos, Canadá, Francia, Italia y España, viajes que aprovechó para traer novedades del sistema agrícola, tarea a la que le dedicó buena parte de sus desvelos en su quinta de Colonia Segovia.
Todo lo aprendió de los libros y de su férrea voluntad y perseverancia, lo que toma inusitado valor al no haber podido terminar la escuela primaria. Parte de su obra se encuentra agotada pero está en las bibliotecas públicas, como "La Cabra de Plata", premio nacional y "La Cautiva de los Pampas", novela documentada siguiendo la triste ruta de una víctima mendocina.
Su esposa falleció en el 2007, luchó denodadamente por la difusión de la obra, reuniendo en una extraordinaria publicación titulada "Investigaciones Históricas" (2005) importantes temas.
Don Juan nació el 5 de diciembre de 1895 en Los Nogales, provincia de Santa Fe, donde se habían trasladado por trabajos que debía realizar su padre, al regresar fue anotado en el Registro Civil de Lujan. Falleció el 17 de mayo de 1994 y estuvo lúcido y trabajando casi hasta el final, pidiendo reiteradamente a las autoridades por dos temas que fueron su preocupación:
Que la educación debe tener sentido práctico, menos "papelista" y preparar a la juventud para una salida laboral productiva. Que el agua, fuente de la vida que nos envía el "Padre Ande", no puede derrocharse, expresado en una de sus premiadas obras: "Y los Ríos se Secaron". Su fructífera trayectoria nos deja un ejemplo de vida y un estímulo para luchar por lo que uno cree y sueña.