“Querida, soy gay”

¿Qué sucede cuando luego de años e hijos de por medio, la orientación sexual de uno de los integrantes de la pareja se redescubre? ¿Cómo continua el vínculo con los hijos y la o el ex? Miradas profesionales para comprender de cerca la temática.

“Querida, soy gay”

El mundo va cambiando y con él, muchos paradigmas anquilosados. Y si bien hay mucha tierra por conquistar en diversidad de temas, gracias a muchos avances, se avizora una sociedad más honesta e inclusiva.

"Quiero confesar abiertamente que soy gay, lo digo con felicidad y alegría", contó el el periodista Lucas Bertero hace unas semanas, en el programa "El diario de Mariana" (cuya conductora es Mariana  Fabbiani). Además contó cómo fue dejar a su mujer, tras diez años de relación, con un hijo en común para asumir su sexualidad. Una decisión valiente cuyo preludio tuvo años de terapia, depresión,  ataques de pánico y otros problemas de salud por no exteriorizar lo que le pasaba, cuya negación interna concluyó cuando decidió escucharse y ser feliz.

Casos como éste, miles y otros miles más que faltan salir aún a la luz, ya que si hay algo que han ido generando los cambios de paradigmas, es la visibilidad en hombres y mujeres que descubren su verdadera orientación sexual.

Pero cuidado que los prejuicios y discriminación aún persisten voraces como coletazos de viejos esquemas de otras épocas, en donde las masculinidades eran entendidas bajo estereotipos diferentes.

“Se han dado cambios sociales importantes a través del tiempo en los modelos de masculinidad”, apunta el licenciado Germán Gregorio Morassutti, psicólogo y sexólogo, integrante del equipo del consultorio de salud sexual, del Hospital Central.

“Recuerdo publicidades de la década de los 70 en las que se daban  ‘ítems’ para darse cuenta si un varón tenía una orientación sexual homosexual. Se hablaba de fijarse bien si un hombre  se peinaba más de dos veces por día, si cruzaba o no las piernas al sentarse, o si tenía o no bigotes como parte de esos estereotipos de ‘masculinidad’ de la época...Hoy la masculinidad es diferente a la de antes, el varón se produce, se cuida y ejerce roles de crianza y en el  hogar, algo que antes el ojo social no miraba de la misma manera. Y así como se han dado estos cambios sociales, también la sexualidad ha ido variando. El varón ha empezado a modificar la sexualidad de tal forma (liberada de prejuicios) que hasta la manera de saludarse con otro hombre ha cambiado. Eso no significa que por ello se acerque a la homosexualidad, sino a una variación de modelos sociales”.

Por su lado, la psicóloga vincular Paula Corso opinó: “Los cambios de paradigma  a medida que la sociedad se hace eco de ellos hacen visible lo invisible.Un aspecto de este proceso es que la sexualidad es una construcción, y que no puede hablarse ya de una sexualidad, sino de ‘sexualidades’. Hay personas que ‘salen de closet’ no porque hayan mentido, sino porque no lo sabían y lo descubrieron”.

En este marco de situación vale la pregunta acerca de los aspectos que incluyen estas nuevas masculinidades.

Según Morassutti, “lo que se ha notado mucho  en los nuevos modelos de masculinidad es que el hombre también ha comenzado a vincularse y a conectarse con su deseo. Entonces lo que se ve en varias parejas heterosexuales es que a veces los varones sin deseo sexual (determinado por diversas razones como el estrés hasta problemas de pareja) son vinculados a pre-conceptos sociales ¿Un ejemplo? Si un hombre manifiesta a su mujer que no tiene ganas de tener un encuentro sexual, ella por lo general piensa que es homosexual o que tiene otra, ya que socialmente es intolerable que un varón no muestre deseo”.

Pero para entender estas nuevas masculinidades, y  orientaciones sexuales que pueden darse como parte de ellas vale preguntarnos: ¿De qué hablamos cuando hablamos de “orientación sexual” respecto a lo que son las  “prácticas sexuales”?

Según explica Morassutti “la orientación sexual habla del tipo de persona por la que nos sentimos atraídos física, espiritual, material y románticamente. Es un ‘todo’ en la elección.

En lo concerniente a las prácticas sexuales (que pueden ser diversas) pueden aparecer regidas por el contexto, la exploración, experimentación o momentos, sin por ello determinar nuestra orientación sexual. Por ejemplo un varón que tiene prácticas sexuales con otros hombres mientras está preso en un penal, no implica que al salir en libertad, su orientación sea homosexual.

Incluso puede estar casado y experimentar con otros  hombres sexualmente, pero su orientación sexual puede seguir siendo hétero, ya que  la conexión que lo hace feliz y elige desde lo físico, espiritual, material y romántico es ésa, en este ejemplo.

- ¿Qué sucede cuando la persona plantea a su pareja  lo contrario, al enamorarse de alguien de su mismo sexo?

-Ahí hablamos de orientación sexual, no de práctica. Hay personas que se rigen desde pequeñas por mandatos sociales (hacer una carrera, casarse y tener hijos) y que en determinados momento de la vida, a partir de cambios eligen otra cosa de lo que social y culturalmente aprehendieron. Allí aparece la necesidad  de poder visibilizar su verdadera orientación.

- ¿Cuándo se considera que hay un engaño hacia el otro?

- Cuando la persona tiene desde joven clara su orientación sexual, y miente al respecto. Entonces, cuando es descubierta, genera enojo, molestia y angustia desde el otro lado, por haber ocultado la verdad.

En otras ocasiones simplemente las personas se dan cuenta en determinados momentos, que lo que la enamora es algo muy diferente a lo que “aprehendió” culturalmente, ahí no hay engaño.

- ¿Qué es lo más sano para el vínculo que se rompe cuando además hay hijos de por medio?

- En toda pareja cuando el otro elige a una persona que no somos nosotros duele. Sin embargo, si hablamos de poder llegar a generar vínculos saludables, lo ideal y esperable sería que todas las parejas (hétero u homo) pudieran seguir asumiendo el rol de padres, con la misma responsabilidad de siempre.

- ¿Cómo se baja esa nueva realidad a los chicos?

-Para ellos no es traumático, ya que de hecho la mayoría se cría con un nivel de apertura totalmente diferente al de nuestras épocas o la de nuestros abuelos. Los prejuicios sociales están más en la cabeza adulta. Por supuesto hay que hablar con ellos, y explicarles  qué es ser gay, hetero y lo que sucedió, sin ocultar los hechos, pero suelen tomarlo con una naturalidad diferente a la de los adultos. Es enriquecedor criarlos explicándoles conceptos y lo que implica cada uno, con mirada de inclusión, no de discriminación en ningún sentido.

En coincidencia con el sexólogo, Corso opinó: “no debería influir mucho una separación por cambio de orientación sexual, a una por infidelidad heterosexual...Todo tiene que ver con cómo procesar todo esto, y de qué manera trabajar con los hijos el tema. Lo sano y recomendable es que los chicos estén enterados. En este siglo ya saben que hay varias sexualidades, no una sola, y es bueno que estén preparados para seguir avanzando, a pesar de que aún existan personas que discriminen. Por ello la importancia del diálogo y de que estén bien parados ante la vida en este sentido”.

Así en la ficción como en  la vida

Con Netflix como plataforma ellas hacen del tema, una desdramatización desde el humor. Se trata de las actrices estadounidenses Jane Fonda y  Lily Tomlin protagonistas de la serie  “Grace and Frankie”.

Una comedia con aires feministas sobre dos mujeres mayores abandonadas por sus maridos gays, cuando ambas son citadas en un elegante restaurante, en donde ellos confiesan su verdadera orientación sexual, y el amor que se profesan mutuamente desde hace años.

Si el humor es uno aditamento básico en la vida para sobrellevar ásperos momentos, la serie lo logra partiendo desde un desengaño a nuevos auto descubrimientos y situaciones en clave de comedia.

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