Finalmente la mediática botinera y el futbolista del Inter tuvieron su gran fiesta de casamiento. Fue la noche del sábado, 11 días después de la ceremonia civil que formalizó un vínculo que lleva casi un año.
Los más de 200 invitados comenzaron a llegar alrededor de las 20, en un desfile de autos de alta gama que era acechado por un enjambre de periodistas, fotógrafos y camarógrafos que rodeaban el lugar, adecuadamente vallado, para obtener imágenes o declaraciones de quienes iban llegando.
Preparativos
La primera en llegar fue la novia. Wanda apareció a eso de las 17 con el objetivo de prepararse en el mismo lugar. Durante todo el día estuvo comunicándose a través de su cuenta de Twitter, @wandaicardi. Aunque claro, los preparativos no le permitieron tuitear tanto como de costumbre. Desde ahí, avisó que ya habían llegado los micros de Rosario -ciudad natal de Icardi- y el avión que trajo a los amigos desde Milán, la ciudad italiana en la que vive la pareja. Y, a las 19, concluyó: “Y gracias gracias a todos ustedes por tantos mensajes hermosos y por q fueron parte de esta historia de Amor”.
El, por su parte, sólo tuiteó: “Adios Bozal!! Se esta haciendo Justicia!! para aquellos que tienen miedo de que hablemos...”, en referencia a la batalla legal que Wanda lleva adelante contra su ex marido, Maxi López, quien le había impedido mediante una medida judicial hacer declaraciones sobre el tema.
A propósito, una de las primeras en llegar al Sans Souci fue Ana Rosenfeld, abogada de Wanda. Según dijo en el lugar, los tres hijos de Wanda pudieron estar en la fiesta “gracias a la colaboración de un excelente profesional, que es el abogado de la otra parte”. Se refería a Andrés Beccar Varela, el abogado del delantero, que propuso que López cediera a los chicos desde el viernes a la noche hasta el domingo. Y así fue.
Valentino (4), Constantino (2) y Benedicto (1) están pasando unas vacaciones con su padre, Maxi López. Y él al principio se negaba a que asistieran a la fiesta, pero finalmente las partes llegaron a un acuerdo. Una vez más, Wanda dejó testimonio de esto en Twitter: "Así nos levantamos. Desayuno feliz", escribió, y compartió una foto junto a los chicos.
Llegó papá
A eso de las 20.30 hizo su arribo al Sans Souci Andrés Nara, padre de Wanda y de Zaira, acompañado por su nueva novia, Carina Tononi, de 37 años y 20 menor que él.
Entre otras cosas dijo que no se había comunicado con sus hijas durante el día y que no estaba seguro de si sería él quien entraría del brazo con Wanda o no, lo que dejó entrever que la relación entre ellos quizá no esté atravesando su mejor momento.
Luego comentó que se sentaría en un mesa bien apartada de Nora, su ex esposa y madre de Zaira y Wanda.
La hermana de la novia se mostró acompañada por el modisto Gino Bogani. “Ella encontró la felicidad, está muy contenta. Gracias por haber venido”, declaró a los medios presentes.
Un rato más tarde, a las 21, llegó el novio de Zaira, el tenista Pico Mónaco.
Pocos conocidos
Otros famosos que se dejaron ver fueron la modelo Chechu Bonelli y su pareja, el futbolista Darío Cvitanich. Ella contó que conoció a Wanda en Europa hace dos años y que tiene muy buena relación con ella.
Entre las pocas figuras conocidas que asistieron al evento estuvieron Yanina Latorre, el periodista Angel de Brito, Paula Chaves (sin Peter Alfonso, de gira con “Mansión imposible” y la periodista Marina Calabró acompañada por su pareja Martín Albrecht.
El que no pudo entrar es Mariano de la Canal, el mediático conocido como “el fan de Wanda”, que llegó hasta el lugar sin invitación y fue “rebotado” por el personal de seguridad.
La puesta
Alrededor de las 21.30, en uno de los jardines del palacio donde se había instalado un altar, tuvo lugar la ceremonia de intercambio de anillos con bendición sacerdotal incluida.
Los novios aparecieron con toda una puesta en escena: Mauro irrumpió a bordo de una limusina, perseguido por supuestos policías, con tiros y todo, mientras que Wanda ingresó a bordo de una carroza y lo esperó en el altar.
Los tres hijos de Wanda, vestidos con trajes de Dolce y Gabbana, les acercaron los anillos de Tiffany's.
La bendición del cura, que era el mismo que había bautizado a Benedicto, el tercer hijo de Wanda con Maxi, fue seguida por un despliegue de cohetes y fuegos artificiales durante más de 10 minutos.
El momento esperado por la prensa se produjo a las 22, cuando Wanda y Mauro salieron a saludar en una carroza tirada por caballos blancos. Como siempre, la que más habló fue Wanda: primero les deseó feliz Día del Periodista a todos los presentes y después se refirió a la ceremonia. "Estoy feliz. Fue todo muy emotivo, no paramos de llorar ni un segundo. Fue espectacular la llegada que organizó Mauro", dijo. Después, los flamantes esposos se subieron a la carroza y volvieron a entrar al Palacio para seguir el gran festejo.
La fiesta: sin celulares ni cámaras
Para evitar que trascendieran datos acerca de la fiesta, Wanda y Mauro pusieron como condición para acceder al salón que los invitados no podían entrar con teléfonos celulares ni cámaras. Es así que todos debían dejar sus celulares en lockers instalados a tal fin en la entrada del gran salón. Y hasta se instalaron detectores de metales para que nadie pudiera hacer trampa.
Vestuario
Pero aunque no hubo imágenes tuiteadas desde adentro de la fiesta, sí pudo saberse que durante la noche los novios hicieron un cambio de vestuario: ella empezó con un vestido de Roberto Cavalli y él con un traje de Dolce & Gabbana. Después, ambos trocaron por diseños de Daniel Casalnovo, amigo de la pareja e invitado a la fiesta.
Música
También se supo que hubo tres shows en vivo, todos de música tropical. Precisamente uno de ellos fue el del grupo Los Arándanos, la banda cumbiera del momento cuyo ex manager, Luciano Strassera, está de novio con Gianinna Maradona, la hija menor de El Diez
Prácticamente toda la noche se bailó al ritmo de la cumbia. El carnaval carioca, toda una tradición en las fiestas de casamiento argentinas, esta vez brilló por su ausencia: Icardi odia el cotillón, así que pidió que no hubiera nada de eso.
El cerebro
La encargada de organizar todo fue la wedding planner Sofía de Carabassa, ni más ni menos que la misma que organizó la boda de Wanda con Maxi López hace seis años.