Cuando el proyecto de pareja aparece, y más tarde las ganas de proyectarse con hijos germina en ambos integrantes de la dupla relacional (partiendo de la idea de que no existirá ningún problema para hacer posible este sueño) los obstáculos imprevistos para concebir resultan impactantes.
Más allá de las causas médicas que se den en cada pareja, la preservación del vínculo ante el estrés, ansiedad y angustia que suele causar la situación de infertilidad, implican (en parte) poder contar con las herramientas necesarias para buscar espacio de diálogo, expresión y contención de esa vivencia tanto en la mujer, como en el hombre.
Por ello, la licenciada en psicología Mariana Zuza (especialista en la experiencia emocional en dificultades reproductivas) miembro de profesionales de CREO (Centro de reproducción del Oeste) disipa dudas y brinda pautas generales, para que la pareja que tiene que transitar por este momento logre poder valerse de aspectos y contenciones necesarias, que le ayuden a seguir adelante.
Una realidad diferente
Ante la imposibilidad reproductiva de una pareja, y más allá de los estudios y tratamientos que los especialistas lleven adelante con cada uno de los integrantes, los sentimientos primarios de desazón frente a esta situación son muy fuertes y profundos.
Como explica Zuza “en principio, la infertilidad es una crisis vital que afecta profundamente a la pareja y a cada una de las personas que la constituyen, individualmente.
Muchísimas veces las parejas responden simultáneamente en la experiencia emocional, es decir hay un sentir similar en ambos miembros. Sin embargo, también puede ocurrir que la dupla (constituida por dos individualidades) tenga una cierta diferencia en las experiencias afectivas particulares. En esos casos es importante poder acompañar a la pareja, para que pueda haber un encuentro en la experiencia emocional de la infertilidad.
Muchísimas veces hay que tomar decisiones, y para esto es importante que ambos puedan tener un ‘sentir’ próximo. Hay que pensar que en ese momento ambas personas transitan una experiencia afectiva diferente a lo que esperaban (quedar embarazados sin problemas) que los llevará después a la toma de decisiones, una parte importantísima en la búsqueda reproductiva.
- La culpa es algo común que suele surgir en la pareja. ¿Cómo procesar esta noticia inesperada?
- Dentro de las crisis que un ser humano puede sufrir a lo largo de la vida, el retraso en la llegada del proyecto de un hijo, implica una una dificultad muy profunda ya que tiene una intensidad emocional importante.
A veces los problemas reproductivos pueden estar basados en factores femeninos, otros en los masculinos, o incluso, en la combinación de ambos factores.
La denominada “culpa” suele aparecer con fuerza en aquella parte integrante de la pareja, que es la portadora de la dificultad. En este caso es fundamental trabajar con la dupla para que independientemente de quién padezca el problema u obstáculo reproductivo, entienda e internalice que la situación le pertenece a ambos integrantes.
Esto es así, ya que es la pareja la que tiene el proyecto del hijo en común, no uno de sus integrantes; más allá de quien tenga la dificultad.
- ¿Cómo se trabaja con ellos para ayudarlos con la angustia que experimentan?
- Hay algo en este sentido que es importantísimo y es la aceptación del duelo. Tanto la mujer como el hombre tienen que aceptar y transitar por esta experiencia, que como bien infiere el concepto, se trata de una vivencia de ‘pérdida’.
En ese momento la pareja no pierde un ser querido que ha muerto, ni un bien, sino la ilusión de concebir un hijo naturalmente. Por ello, la aceptación de ese duelo es la primera parte para ver después, cómo se reencausa el proyecto de vida, qué decisiones se toman, y cuál es la proyección de futuro que esa dupla amorosa tiene por delante (alternativas terapéuticas, elecciones etc).
Para ello también es fundamental la comunicación que pueda haber entre ellos, se trate de un espacio íntimo de diálogo dentro de la pareja, o de un acompañamiento terapéutico donde desplegar el abanico emocional que atraviesa cada uno. Cada dupla buscará lo mejor según su situación, ya que no todos deciden o necesitan ir a un psicólogo especialista.
Eso sí, tienen que poder brindarse recíprocamente un ámbito donde poder comunicarse los sentimientos que caracterizan esa etapa de duelo y pérdida, para poder visualizar cómo seguir.
- ¿Qué roces vinculares o sentimientos suelen surgir?
- Como dijimos se trata de una crisis vital, y como tal, hace referencia a un duelo, y éste último enfrenta a las personas y parejas a profundos sentimientos de dolor, pérdida, vacío, angustia y frustración.
Entonces este cuadro de situación alterará por lo menos temporalmente el proyecto de vida personal, de pareja y familiar. Por ello es importante contar con un espacio donde poder expresar todas estas emociones, por parte de la mujer y el hombre.
Cada vez que puedan ‘sacar’ y ‘canalizar’ lo que les pasa por dentro, harán posible que se pueden buscar alternativas que los alivien respecto de este factor de estrés tan importante.
- ¿Qué instancias pueden ayudar a seguir, luego de transitar el duelo y generar el espacio de comunicación?
- Puede apelarse al espacio terapéutico individual, el de pareja, grupos de autoayuda, o talleres de reflexión con pacientes que tengan una vivencia similar. Todo suma y ayuda. Cualquier tipo de actividad que sea terapéutica para las personas y les genere la descarga de estrés de la situación resulta enriquecedora.
-¿Cuándo se torna obligado pedir ayuda a un psicólogo?
- Cuando las parejas, o personas, tienen la sensación subjetiva de pérdida de control en relación a las dificultades reproductivas y han dejado de lado la capacidad de afrontar esta situación de crisis vital. Allí es importante la consulta al terapeuta, para volver a adquirir el control sobre la vida cotidiana, independientemente de la infertilidad.
-¿Al hombre le cuesta más expresar sus sentimientos?
- En primer lugar hay que aceptar las características diferenciadoras entre los géneros. Es decir no pretender que el varón presente la capacidad expresiva que sí tenemos las mujeres.
No necesariamente el hombre va a estar dedicado a hablar todo el tiempo sobre el tema. Hay que respetar las características masculinas, darle tiempo y confiar en que en la medida en que vaya transitando el proceso, el hombre va a poder ir sacando su emocionalidad, con las características propias de su género.
Mitos a derribar
Según detalló la profesional existen varios dichos y presupuestos populares que son falsos respecto a la infertilidad, y por lo tanto es importante reconocerlos:
*Cuando adoptes un bebé, seguro después te quedás embarazada" (F)
*Cuando te relajes va a ocurrir" (F)
*Cuando se vayan de vacaciones en pareja, lograrán el embarazo tan deseado" (F)
Según argumentó Zuza: “El estrés no es causa de dificultades reproductivas, en todo caso, es una consecuencia de las mismas. En general las causas siempre están asociadas a factores biológicos que obstaculizan la concepción y o gestación.
Las hormonas están reguladas por el sistema nervioso y el estado de este último, por ende, regulará el funcionamiento hormonal, pero no se puede poner como causa. El estrés nunca es causa de infertilidad, sólo una consecuencia de esta dolorosa experiencia, de postergar involuntariamente la llegada de un hijo”.
La culpa es una sensación a superar para poder seguir adelante
Por la Licenciada Paula Corso (psicóloga vincular)
Cuando una pareja decide llevar adelante el proyecto de tener hijos, algo que socialmente se tiene como primera opción o instancia es el hijo biológico. Es decir la forma de configuración familiar del hijo de sangre que implica lo normativo.
¿Pero qué sucede cuando en una dupla aparecen desde lo biológico los primeros indicadores de que puede existir una dificultad? Pues ahí es donde empieza el vínculo de pareja a iniciar un proceso en la búsqueda del hijo desde otros lugares, lejos del imaginario primario que se tenía.
A partir de lo nuevo que acontece en los integrantes empieza una etapa nueva que la dupla no tenía en sus planes. Tiene que ver con empezar a buscar y bucear otras opciones entre ambos: ya sea de la mano de la medicina y sus avances en fertilidad, la posibilidad de adoptar o de llevar a cabo búsquedas simbólicas, como pensar un proyecto de pareja, pero sin hijos.
Muchos hombres y mujeres sienten ‘culpa’ por esta imposibilidad en algo que no tiene que ver con ellos, y cuando pueden superar esta visión y sentimientos que los angustia, resulta importante para seguir adelante con lo que decida hacer.
Lo fundamental es que la pareja pueda hacer un trabajo de “desculpabilización”, ya que el impedimento biológico para la concepción no es algo malo, ni tiene que ver con el orden del castigo, se trata de un impedimento biológico.
La terapia de pareja en este proceso es importante para que ambos puedan poner en palabras todos los miedos, culpas o sensaciones por las que transitan, tratando de armar el proyecto de la pareja en función de esta desilusión, que de alguna manera aparece.
De esta forma podrán elaborar que la limitación biológica no implica que la pareja no pueda ser feliz, sino que pueden ver entre ambos las opciones con las que cuentan por delante.
Se trata de una herida narcisista que hay que transitar, sin perder de vista que el vínculo trabajado puede resultar fortalecido en el tiempo y con auyda, más allá del dolor.