¿Vacaciones de invierno? Nada de eso. Independiente Rivadavia sabe que todavía no puede tomarse ni un minuto de relax y que eso quedará para después del fin de semana del 30 de julio, fecha de la última fecha del torneo de la Primera B Nacional.
El operativo salvación entra en la última etapa, la de los partidos clave, esos donde perder está prohibido y cada encuentro se afronta con la presión extra de estar cada vez más cerca del objetivo. Porque más allá de todavía se encuentre en zona de descenso directo, Independiente sabe que su futuro depende de sí mismo. Y mucho tendrá que ver la semana determinante que comienza con el partido de esta tarde en el Juan Gilberto Funes ante Estudiantes de San Luis.
En el Parque son conscientes de que consiguiendo 8 unidades de las 15 que restan por jugarse el mega objetivo estaría cumplido. 65 puntos y un promedio de 1,244 sería suficiente para quedar afuera de todo.
Hoy el Verde puntano y el miércoles el Milan de Pergamino son sinónimos de rivales directos en la lucha por mantenerse en la B Nacional. El equipo del Turco Asad, que acumula 9 partidos sin perder como local, está muy cerca de conservar la categoría, pero todavía debe dar los pasos finales.
A la Lepra, que el fin de semana pasado dejó dos puntos de oro en el Gargantini tras empatar en cero ante Crucero del Norte de Misiones (otro elenco que está cerca de la zona roja), no le ha ido muy bien ante los rivales directos por el descenso en la actual temporada.
De hecho, solamente ha ganado dos partidos ante rivales que pelean por la permanencia, con la salvedad que cuando jugó ante Estudiantes de San Luis en la primera rueda en Mendoza, el Verde puntano estaba fuera de la zona de peligro.
Lo mismo sucedió con Juventud Unida de Gualeguaychú en la primera rueda. Lo concreto es que al Azul le cuestan este tipo de partidos ante adversarios tan necesitados como el propio elenco de Berti. Eso sí, el último antecedente en tierras tucumanas es positivo: victoria 2-1 ante San Martín en la última salida de la provincia.
Las vacaciones están ahí, a la vuelta de la esquina. Y justo en las dos semanas de relax para gran parte de la sociedad, es cuando estos jugadores de Independiente Rivadavia afrontarán un desafío mayúsculo, un compromiso con la historia.
A diez años del ascenso a la Primera B Nacional (se cumplió el miércoles pasado), el Azul deberá ponerse el overol y trabajar más que nunca para mantener a salvo su permanencia en la segunda división del fútbol argentino.