Dinámica Inquietante: Automatización del Trabajo y Presión Demográfica.
En enero de este año, la Universidad de Oxford publicó el estudio Tecnología en el Trabajo. El Futuro no es lo que Solía Ser. Los resultados son contundentes: el cambio tecnológico se acelera, se multiplica hacia nuevos sectores de la economía, y tendrá un impacto adverso sobre los empleos presentes. El cambio tecnológico juega en contra de los puestos de trabajo con calificación baja (repetitivos) y media; y resulta complementario con puestos de mayor calificación. Según el estudio, en Argentina, el 65% de los puestos de trabajo tienen riesgos de ser reemplazos por la tecnología y automatización.
Haciendo una analogía local, el año pasado, en un foro sobre prospectiva del empleo vitivinícola, especialistas concluían que el sector presentaría en los próximos años una agresiva tendencia hacia la mecanización de procesos que hoy son intensivos en mano de obra (la vitivinicultura hoy aporta 2 de cada 10 empleos privados de Mendoza).
Esta realidad se conjuga en Argentina (y Mendoza) con otro hecho. Con el desarrollo, gran parte de los países suelen envejecer, aumentando la relación entre la población dependiente (menores 15 años y mayores de 64) y la población en edad de trabajar (entre 15 y 64 años). Sin embargo, aquí en Argentina la situación es muy diferente. Nosotros aún transitamos una época de “bono demográfico”, en la cual la población productiva crecerá más que la población pasiva por los próximos 20 años.
En Mendoza concretamente, la población activa crecerá casi un punto por año durante la próxima década. La tendencia indica que habrá en el mercado laboral alrededor de 8 mil nuevas personas por año en calidad de ocupados formales, ocupados en negro, o desocupados, dependiendo de las oportunidades existentes.
En definitiva, el cambio tecnológico que compite con el empleo, más una oferta laboral creciente podrían ser un combo que profundice aún más nuestros problemas sociales (informalidad, desempleo y pobreza) si las personas que migran hacia el mercado laboral son de baja calificación (están inadecuadamente formadas) o si no existen sectores económicos con capacidad para absorber el flujo de nuevos trabajadores.
Dinámica del Empleo Sectorial: ¿Hacia Dónde Vamos y Cómo puede Mendoza Resolver el Desafío?
La trayectoria del empleo sectorial en la Provincia resulta elocuente. Durante las últimas 2 décadas, el empleo creció un 40% en el sector de bienes (agro, minería, energía e industria) y un 88% en los servicios.
Los sectores de bienes (que hoy sostienen 1 de cada 3 puestos privados de trabajo) se achican cada vez más; y la existencia de un mercado laboral con servicios que resulten el principal sostén ocupacional se hará cada vez más notable.
La tendencia a la mecanización resulta transversal en todas las actividades, pero tendrá una intensidad más inmediata y profunda en las actividades primarias e industriales de la Provincia.
En Mendoza, la mejora competitiva del sector primario e industrial está íntimamente relacionada con la incorporación de innovación y tecnología ahorradora de mano de obra, aspectos que fomentarán un crecimiento basado en productividad, con muy poco impacto ocupacional.
La matriz productiva y exportadora de Mendoza se basa en recursos de base primaria. Actualmente el 85% de nuestras exportaciones son vinos y Productos Primarios. Si a ello le agregamos minería (principalmente petróleo), nuestra matriz con potencial exportador se encuentra fuertemente concentrada en agroalimentos y energía. No cabe dudas de que es necesario explotar y apostar a nuestras riquezas naturales, agregar valor de ellas (vitivinicultura) y estimular nuevas industrias. Sin embargo, ¿eso basta para sostener nuestro modelo de desarrollo?, ¿eso basta para generar las condiciones de trabajo inclusivas que necesitamos? Seguramente no.
La composición del producto y la demanda laboral están cambiando aceleradamente en todo el mundo. Dijimos que el empleo va migrando hacia los sectores de servicios. Sin embargo, los servicios son muy heterogéneos; existe un sector de servicios poco sofisticado y un sector de servicios que genera mayor valor agregado. Un trabajo reciente del Banco Mundial destaca que en América Latina, los servicios que más están creciendo son los de alta calificación, con similares niveles de productividad y remuneración que la industria.
Mendoza aún basa gran parte de su sector de servicios en actividades poco sofisticadas, las cuales aportan un tercio del empleo privado. Aquí priman niveles de trabajo en negro cercanos al 50% y salarios muy inferiores al promedio de la economía.
Sin embargo, comienzan a ser cada vez más visibles servicios con alto potencial para crecer, diversificar nuestra matriz y (principalmente) sostener el empleo. El protagonismo lo toman actividades diversas: aquellas abocadas directamente al turismo; el sector de tecnologías de la información y las comunicaciones; servicios de educación universitaria; servicios que se comienzan a tercerizar (como marketing o mantenimiento de maquinarias y equipos); actividades relacionadas con las industrias creativas; entre otras.
Estos servicios suelen crear puestos de trabajo más sofisticados y bien remunerados, y ya aportan un 20% del empleo privado en Mendoza. Estas actividades, al igual que en la región, mostraron en los últimos años un crecimiento ocupacional muy superior que el resto de los sectores económicos. A futuro, estos servicios tienen todas las condiciones para incrementar aún más su participación en el mercado laboral, siempre y cuando posean los incentivos apropiados.
En nuestro país, la idea de política productiva tradicionalmente se asoció a los sectores primarios e industriales. Sin embargo, los servicios sofisticados que asoman requieren enfoques más integrados y agresivos para alcanzar un estímulo óptimo.
Mendoza requiere proyectar un nuevo modelo de crecimiento inclusivo, capaz de contener las demandas sociales actuales y las que se avecinan. Tenemos una oportunidad cierta para diversificarnos y posicionarnos como exportadores de servicios de alta calidad, dependerá de nosotros mismo capitalizarla.