Dueños de una aventura extraordinaria en Brasil; Tomás Gómez, Juan Miño y Günther Atem comparten mucho más que la pasión por el desafío constante a las fuerzas de la naturaleza. Los tres mendocinos, miembros de la Selección argentina de rafting, vivieron una campaña inolvidable en las turbulentas aguas de Foz de Iguazú.
De regreso a nuestra provincia, con el optimismo renovado, luego de coronar sus expectativas en el Mundial R4 (balsas para cuatro integrantes), dialogaron con Más Deportes y charlaron sobre la experiencia de enfrentar (con muy buenos resultados) a los mejores palistas del planeta. Entre ellos, el multipremiado Team Bozo D'agua.
El sancarlino Tomás Gómez (en la categoría Sub-19), es uno de los artífices de la mejor performance albiceleste en un torneo ecuménico. Junto a Julián García, Sebastián Poletto, Brian Latorre y Jonathan Uyarte fueron medallistas de bronce en las especialidades de velocidad: Head to Head y Down river, completando su actuación en el cuarto lugar de la general.
“Es el resultado del trabajo de equipo, de horas de entrenamiento en el gimnasio y en el agua. También del apoyo y del esfuerzo de nuestras familias y allegados. Del equipo técnico formado por Dario Pagano, Walter Montilla, Federico González, Verónica Quilaquir y Rebeca Lorca”.
“Lo que vivimos en el mundial nos impulsa a seguir entrenándonos con mayor energía; a seguir aprendiendo y mejorando nuestra técnica. Para todos nosotros el rafting es un deporte de alto rendimiento y lo vivimos con mucha intensidad. Es increíble cuando las potencias de este deporte comienzan a hablar de tu trabajo. Ahora nuestro próximo objetivo son los Panamericanos”, sostiene Gómez.
Juan Miño junto a Alberto Minini, Sebastián Contreras e Iván Juárez, logró el séptimo puesto en la división Sub-23. “Fue mi primer mundial. Es una experiencia muy difícil de poder explicar porque se mezclan las emociones. Representar a nuestro país frente a equipos de primer nivel, es un gran desafío y una gran responsabilidad”.
“El rafting es cien por ciento adrenalina. Es un deporte que exige una lucha constante para imponerse a las fuerzas de la naturaleza. Uno no termina nunca de aprenderlo porque siempre hay algo nuevo que enriquece la experiencia”, puntualizó Miño.
Sus agradecimientos son infinitos, porque con el apoyo de organismos gubernamentales, civiles y también de empresarios locales lograron costear el viaje al Mundial.
El más experimentado del grupo es Günther Atem (que compitió en Open, compartiendo equipo con Marcelo Ruiz, Ariel Domínguez, Juan Martín Sabas y Matías López).
“ El balance es muy positivo, por lo que hemos conseguido en la competencia. Hemos dado un gran salto deportivo y es momento de consolidar las bases, para que no sea una novedad ser medallistas en un Mundial”.