Será un domingo para comer el asado o las pastas en familia sin demasiados apuros. Y luego de una tranquila sobremesa, agarrar la camiseta e ir despacito hacia el “Omar Sperdutti”.
No hay un solo motivo válido para no estar esta tarde apoyando al Cruzado. Debe explotar calle Vergara. Distinta, lamentablemente, será la tarde de domingo para el hincha de Gimnasia, que deberá conformarse con encender la radio y apoyar a la distancia a su querido Lobo.
Demasiado castigo para el grueso de los hinchas, que son los que se portan bien, los que buscan disfrutar del espectáculo. Un puñado de pecadores ganan y los justos, que sin dudas son la mayoría, pagan.
Maipú va con un solo cambio con respecto al once que viene de golear en San Juan: adentro Amaya, afuera Allosa. Labruna, por su parte, no toca el equipo que venció con lo justo al Cele en el Víctor Legrotaglie. Se juega a las 18. La propuesta es seductora como pocas.