El estrés, la angustia y la ansiedad son las emociones estrella si de estreñimiento se trata, claro que estos cuadros suelen ir acompañados de trastornos alimenticios, en el sueño y falta de actividad física por lo que la interacción entre las emociones, los hábitos que conllevan y la respuesta del cuerpo suele ser el estreñimiento y los problemas digestivos.
Con cuadros como el de la depresión o los trastornos de ansiedad el sistema inmune se ve afectado, y una de sus reacciones puede ser la inflamación abdominal; por su parte el estrés produce trastornos en la liberación de jugos gástricos y la absorción de nutrientes a la vez que puede llevar a patologías como la diarrea nerviosa.
La mejor precaución es mantener una dieta rica en fibras, consumir un mínimo de dos litros de agua diarios, llevar rutinas de actividad física y procurar momentos diarios de relajación y meditación a fin de “descomprimir” el cuerpo y la mente y permitirle procesar emociones sin somatizarlas.