Cuestionado como pocas veces, Raúl Castro negó en presencia de Barack Obama que Cuba tenga presos políticos, pero la Iglesia católica y grupos opositores -considerados ilegales en la isla- lo desmienten a él. Hasta diciembre de 2015 la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (Ccdhrn), que dirige Elizardo Sánchez, sumaba 81 detenidos por razones políticas, sin contar los arrestos por algunas horas que al año se cuentan por miles.
Once de los 81 detenidos denunciados por la (Ccdhrn) fueron condenados en la llamada “primavera negra” de 2003, pero ahora gozan de una licencia extrapenal.
En ese año fueron detenidos en total 75 cubanos en lo que Amnstía Internacional (AI) llamó una “ola de represión” del gobierno de Fidel Castro.
Entre 2010 y 2011, la mayoría de ellos aceptó exiliarse en España por un acuerdo del gobierno comunista y la Iglesia católica. También por un convenio con Estados Unidos, Cuba excarceló a 53 presos en diciembre de 2014 como parte del acercamiento que iniciaron ambos países después de más de medio siglo de enemistad por la Guerra Fría.
La justicia cubana asegura que la mayoría de presos responden por delitos comunes. “Respecto a la mayoría de aquellos que se autotitulan disidentes, son presos comunes que han sido atraídos por las organizaciones contrarrevolucionarias, internas o externas, y reciben un pago directo o indirecto”, dijo el fiscal general Darío Delgado en una entrevista publicada en diciembre.
En diciembre el obispo Jorge Serpa, de la Comisión Pastoral Penintenciaria de la Iglesia católica, afirmó sin ambages que en Cuba sí hay presos políticos.