Hace 20 años atrás las computadoras personales recién estaban entrando en las primeras etapas de lo que podemos llamar “masificación digital”. Claro que pocos tenían Internet y quienes accedían a la red de redes lo hacían por tiempo limitado y con escasos recursos que visitar, en comparación a lo que hoy existe.
El tiempo pasó y vivimos en un mundo hiperconectado, donde la heladera y el televisor también tienen WiFi para conectarse a Internet, y donde las cámaras que antes eran un simple chiche están en todo, nuestras notebooks, los smartphones, tablets y hasta las consolas de videojuegos.
Hoy las webcams se convirtieron en el centro de atención. ¿Son un peligro real? Pese a los debates (que llevan un largo tiempo) y varios datos que atemorizan a millones, ningún usuario suele tomar la charla en serio, tildando de paranoico al que lo hace. Pero cuando el dueño de Facebook cubre su cámara y micrófono con una cinta, el mundo empieza a prestar atención. ¿Deberíamos hacerlo todos?