Gonzalo 'Pipita' Higuaín llegó a Brasil-2014 siguiendo los pasos de sus compatriotas Guillermo Stábile o Gabriel Batistuta, pero sufre una sequía que preocupa a Argentina de cara al choque de cuartos de final del sábado con Bélgica.
Goleador de raza cuestionado en su momento en el Real Madrid y amado ahora en el Nápoles, Higuaín no ha marcado goles en los cuatro partidos de la Albiceleste en el Mundial, un verdadero problema para un equipo dependiente como nunca de Lionel Messi.
En Sudáfrica-2010 jugó en cuatro de los cinco encuentros de su selección, con tres goles en el triunfo ante Corea del sur (4-1) en primera fase y otro más en octavos de final ante México (3-1), antes de la dolorosa debacle frente a Alemania (0-4).
"Todo delantero necesita hacer goles. Pero también necesita ayudar al equipo. Ojalá que llegue pronto, pero en ese sentido estoy tranquilo", había dicho el viernes pasado antes del triunfo ante Suiza en octavos de final, donde otra vez no estuvo en su nivel.
Inactivo desde principios de mayo por un esguince de tobillo, "Pipita" se ha mostrado lento e impreciso en lo que va del Mundial, tras jugar el segundo tiempo contra Bosnia (2-1) y de entrada ante Irán (1-0), Nigeria (3-2) y los helvéticos (1-0).
Pero todo puede cambiar rápido con un gol ante los "Diablos Rojos" el sábado en Brasília.
Con la selección nacional su efectividad es muy buena (21 goles en 36 partidos), aunque por ahora suma más decepciones que alegrías, ya que también integró el equipo que quedó eliminado en la Copa América-2011 disputada en casa en cuartos de final ante Uruguay.
Esa noche convirtió el único tanto de su equipo en el partido (1-1) y también marcó en la tanda de penales, pero de poco sirvió.
Tras ese trago amargo, Higuaín fue puntal de Argentina en las largas eliminatorias rumbo a Brasil con 9 goles en 11 partidos, apenas dos por detrás del máximo goleador, el uruguayo Luis Suárez.
Un delantero "europeo"
A los 26 años, Higuaín suma la experiencia de un veterano a raíz de su precoz inicio y se encuentra afianzado en Nápoles, la ciudad que tiene a su compatriota Diego Maradona como ídolo supremo y en la que en poco tiempo hizo olvidar al uruguayo Edinson Cavani, a quien reemplazó.
Su altura y potencia física (1,84 metros y 82 kilos) lo convierten en un complemento indispensable para dar alternativas a una delantera argentina dominada por la generación de los "bajitos", como Leo Messi y Sergio Agüero, con quienes se entiende 'de memoria' ya que juegan juntos desde hace varios años.
Nacido en Brest (Francia), donde jugaba por entonces su padre, el recio zaguero Jorge "Pipa" Higuaín, Gonzalo regresó de niño a Argentina e hizo sus primeras armas futbolísticas en el Club Palermo, antes de ingresar en las inferiores del popular River Plate.
"Yo le decía a Gonzalo, que elija lo que le gustaba. Y que a lo que le gustara, que le pusiera el alma", recuerda su mamá Nancy en una reciente publicidad de una marca de leche argentina en ocasión del Mundial en la que aparece junto con las madres de otros jugadores albicelestes.
De sus padres, "Pipita" heredó la cultura del trabajo y el sacrificio. "Primero la leche, después las galletitas", le enseñó su mamá. También un marcado perfil bajo, a contramano de la idiosincracia del jugador argentino.
Debutó en primera división con apenas 18 años y rápidamente se destacó, atrayendo la atención de varios grandes de Europa. Jugó tan solo 34 partidos con River y en diciembre de 2006 fue transferido al Real Madrid por 12 millones de euros.
Cambio de aire
A pesar de marcar 121 goles en 264 partidos y ganar seis títulos con los "Merengues", entre ellos tres ligas españolas, siempre fue cuestionado por la prensa y estuvo bajo la sombra de delanteros de la talla del portugués Cristiano Ronaldo, el holandés Ruud van Nistelrooy o el francés Karim Benzema.
En julio de 2013, y tras siete temporadas en el Madrid, anunció su deseo de partir. El Nápoles de Italia pagó 40 millones de euros por su pase y el entrenador español Rafael Benítez lo convirtió de inmediato en una de las columnas vertebrales de su proyecto.
Liberado, "Pipita" devolvió esta confianza con goles y un mayor protagonismo.
En su primera temporada en Italia, convirtió 17 tantos en 32 partidos de liga, igualando la cuarta posición de la tabla de goleadores con su compañero en la selección argentina Rodrigo Palacio (Inter) y a cinco tantos del máximo artillero, Ciro Immobile, del Torino.
Pese a sus problemas físicos, estuvo en el campo de juego cuando Nápoles consiguió el 3 de mayo la Copa de Italia venciendo en la final a Fiorentina (3-1).
Higuaín no marcó en ese encuentro pero antes fue decisivo en semifinales frente a la Roma (un gol en la vuelta) y sobre todo en cuartos de final ante Lazio, con un tanto a ocho minutos del final.
Su gran sueño con Argentina es dar la vuelta olímpica en el Maracaná el 13 de julio, aunque también tiene la ilusión de ofrecerle al Nápoles un primer Scudetto desde aquellos dos históricos logrados con Maradona en 1986/87 y 1989/90.