Saltando de un link a otro encontramos la noticia: Peppe Voltarelli, con su canción "Scarpe rosse impolverate", es parte de la lista en los premios Cóndor de Plata.
Rara cruza. ¿Quién es este italiano? ¿Cómo se coló en una distinción de los Cronistas Cinematográficos Argentinos enfocada específicamente en el cine nacional? Ese fue el disparador. Después lo escuchamos: y no pudimos pensar más que en presentártelo.
Magnético. Divinamente divertido. Él transita por la pantalla como un personaje salido de la mejor película de Matteo Gorrone: lo imaginamos, por ejemplo, como pez en el agua en la genial “Reality”, con su cruza de costumbrismo y actualidad. Esa es la índole, la apostura, de Peppe Voltarelli.
En el oído suena su música contagiosa, hecha de articulaciones irónicas entre tradición y contemporaneidad. ‘Un capo’ que juega a los cruces entre el aire jazzero, la canción popular italiana, el swing medio gitano, el llanto del rock y el folclore de su tierra.
El mundo cabe en una canción
Volvamos a la ruta donde lo encontramos. La película que lo trajo a colación es “Vino para robar”. Otra feliz coincidencia, pues el film -dirigido por Ariel Winograd y protagonizado por Daniel Hendler y Valeria Bertuccelli- fue rodado casi totalmente en Mendoza (el par de ladrones que da aliento a la historia tiene que sacar de la bóveda, de un banco mendocino, una valiosa y única botella de Malbec de mediados del siglo XIX).
Pero el calabrés encantador que es Voltarelli no llegó a la Argentina gracias a esta película, sino que se sumó a ella porque hizo algunas visitas anteriores; y no fueron por el cine, sino por la música. Tanto es así que Buenos Aires se transformó en el lugar donde editó dos de sus discos: "Distratto ma peró" (en 2009, primer trabajo como solista) y "Ultima notte a malá strana" (en 2010).
¿Cómo? Una vez más el azar: Los Años Luz Discos buscaba información, en el Consulado de Italia, sobre otros asuntos y se topó con la música de Peppe. Fue en 2009.
De ahí, a que él llegase a la Argentina para que este sello le produjese su primer show, sólo hubo un paso. Después vinieron más conciertos en años sucesivos -en La Trastienda y el Club Atlético Fernández Fierro- y la edición de “Ultima notte...”, también de Los Años Luz.
Como la virtualidad es un mar que todos navegamos, lanzamos nuestra línea intentando el contacto con Peppe. Así nos llegó su palabra, en un amabilísimo italiano que se hace eco desde Bologna, donde hoy vive, y que traducimos como podemos.
- Hay cierta ironía que se cuela en tu música, ¿por qué?
- La ironía es el arma que nos ha permitido hablar de temas serios como el trabajo, la emigración, la mafia. La sonrisa es una forma eficaz para conjurar ese divertido sabor picante.
- Buceando en tu historia artística encontramos que sos el creador del "punk calabrés", ¿cómo es eso?
- A principios de los ‘90, en Italia, surgió una nueva escena musical que recuperaba el dialecto y el canto popular del pasado. Esta nueva fisonomía de la música nacional comenzó a definirse como “Tarantella Punk”. Con mi grupo -Il Parto Delle Nuvole Pesanti- hacíamos una lectura muy enérgica de la tradición, con guitarras eléctricas y una actitud muy punk. Nuestro espectáculo era vigoroso y el público también. Amábamos nuestra tierra pero estábamos en un gran conflicto con ella.
Con ustedes, la película
Ese primer encuentro fue una conexión hacia otros rumbos. Amigos van, amigos vienen; noches de cantar hasta las tantas. Así es como Peppe Voltarelli conoció a Kevin Johansen -otro de los artistas de la factoría de Los Años Luz- y lo invitó a participar en el clip de “Scarpe rosse impolverate”.
- ¿Cómo llegó esta canción a "Vino para robar"?
- Conocí a Daniel Hendler en Buenos Aires, en mi concierto del Club Atlético Fernandez Fierro. Hablamos de la película que vendría a rodar en Italia. Cuando llegué a Firenze me relacioné con Ariel (Winograd) y la producción. Juntos pasamos unos días hermosos en Toscana. La canción le gustó al director y la magia se hizo realidad. Estoy muy feliz de haber colaborado con ellos.
“Scarpe rosse...” es parte de su disco “Ultima notte a malá strana”. El clip se rodó en Buenos Aires, durante sus días de shows y encuentros con amigos argentinos en la Capital. De ahí que en las imágenes no sólo esté Johansen con su guitarra, sino un par de bailarines tangueros en diálogo con otros íconos bien ‘argentos’: la bandera y una botella de Quilmes.
Pero “Vino para robar”, y el videoclip de su canción, no son los únicos asuntos fílmicos en los que Peppe imprime su estampa.
El hombre es actor y tiene con el cine una relación particularísima: escribió guiones, puso música y actuó en varios films interesantes. Entre ellos: “Doichlanda”, de Giuseppe Gagliardi (2003), “La verdadera leyenda de Tony Vilar” (2006), “Fuga del call center” (2008) y “Tatanka” (2001). Descontemos, claro, los divertidísimos videos con los que hace viajar a sus canciones por el registro audiovisual.
- ¿En qué proyectos actorales y cinematográficos estás trabajando ahora?
- Acabo de terminar de rodar un clip en un registro irónico del western con un director americano, John Cardiff. Se basa en el tema “Io tu loro noi” que está incluido en mi nuevo álbum, “Lamentarsi”. En este último tiempo me he concentrado en el teatro. Estoy haciendo un trabajo de teatro musical que se llama “Il monumento” y estoy en un nuevo proyecto cinematográfico.
"Tú, al horizonte una luz/ viento fresco que llega y seduce/"... Así suenan todavía las últimas notas astutas, pícaras, tristonas y dulcemente poéticas de "Io tu loro noi" en el parlante de la PC. Hasta aquí esta road movie de bits que nos permitieron recorrer la obra de Peppe. Ojalá la ruta se vuelva tierra, para avistar el polvo de energía indomable que se levante a su paso. Queremos escuchar esa voz grave, en vivo.
