“Parque Lezama”: un viaje que invita a vivir

La obra dirigida por Juan José Campanella tendrá cinco funciones en nuestra provincia, en el marco de su gira nacional. Luis Brandoni y Eduardo Blanco, protagonistas de la comedia, hablan en esta entrevista sobre el éxito de la pieza que lleva tres tempor

“Parque Lezama”: un viaje que invita a vivir

Recién llegados a Rosario, Luis Brandoni y Eduardo Blanco se suben a la aventura de recorrer los escenarios del país. Como quien llega de un viaje, con esa ansiedad de acomodar las cosas, comer un bueno plato de algún restaurante de la ciudad y descansar un poco antes de la función, esperan el llamado para charlar con Estilo.

Luego de tres temporadas en la cartelera porteña, “Parque Lezama”, la obra dirigida por Juan José Campanella emprendió su gira nacional y llegará a Mendoza el próximo jueves. Será en el Teatro Plaza, con cinco funciones programadas.

Pero toda aventura tiene un comienzo, y fue en la década del ’80 cuando Campanella vio en Nueva York la obra de Herb Gardner “Yo no soy Rapapport”. Según el propio director fue un camino de ida, que lo marcó como escritor, y desde ese entonces, la historia quedó resonando en su cabeza como un proyecto a futuro.

Entre charlas y deseos, en 2013 el director se embarcó en el desafío de debutar como director teatral con la adaptación del mayor éxito comercial del dramaturgo estadounidense. Y para su nueva hazaña convocó a dos artistas que bien conoce; su amigo y actor fetiche Eduardo Blanco, y Luis Brandoni, con el cual trabajó en la mini serie “El hombre de tu vida”.

Una comedia nostálgica
Con total lucidez y la impronta que lo caracteriza, Campanella adaptó el guión de la obra y llevó el relato al popular "Parque Lezama". Allí ahonda en el vínculo de dos ancianos amigos, de personalidades opuestas. León Schwartz (Brandoni), un polaco militante del Partido Comunista, contestatario e idealista es amigo de Antonio Cardoso (Blanco), un portero típico argentino de clase media conformista y temeroso.

En el transcurso de la historia se cruzan con otros personajes; una joven adicta a las drogas (Carla Quevedo), un marginado que les pide dinero (Gabriel Gallicchio), el presidente de un consorcio (Iván Espeche) y la hija de Schwartz (Marcela Guerty). Entre sus charlas llenas de carcajadas, ternura y emoción, los personajes van viviendo en carne propia la lucha sin fin entre el cambio y el mundo.

-Luego de dos años del debut, ¿cómo convivís con el personaje de Antonio?

Eduardo Blanco: -Muy bien, lo quiero, y en cualquier momento termino con la edad del personaje (ríe). Es un señor de ochenta y pico de años, si la seguimos haciendo durante años voy a llegar. Lo quiero mucho y lo quise desde un primer momento. Es un trabajo que en lo personal me predispone a encontrarme con algunas cosas, que por suerte las tengo lejos. Y tome muchas cosas de mi padre, de mi abuelo, pero tiene alguna connotación emocional, que inevitablemente tiene que ver con mis afectos primarios. Y algunas cosas fueron conscientes y otras inconscientes.

Por ejemplo descubrí a los quince días de estrenar, que el nombre de pila de mi personaje es el mismo que el de mi abuelo. Además estamos haciendo una obra, que a la gente la divierte muchísimo, porque es divertida, conmovedora. Todos aquellos que gusten de las historias que cuenta Campanella en cine o televisión, van a encontrar en el teatro una historia, con los elementos que él cuenta en sus historias. Deja un espacio para la reflexión, una mirada sobre el comportamiento humano.

-Y sobre León, me imagino que puso mucho de su temperamento político para interpretar este personaje…

Luis Brandoni: -Mi experiencia me sirve, por los personajes parecidos a esos que conocí, y compartir responsabilidades. Es un personaje extraordinario, porque no es que haga una sobre actuación de su militancia, él la tiene de por vida. Pero es su fantasía y sus ganas de vivir lo que sobresale, y la imaginación que tiene para salir de situaciones difíciles e inventar otras, que son más complicadas aún.

-Campanella tiene la capacidad de llegar a la médula de la emoción, el humor y ese costumbrismo que nos identifica. ¿Cómo fue la adaptación del guión a nuestra realidad cercana?

EB: -Si no sabes que es una obra norteamericana, pensás que es una obra argentina absolutamente. La adaptación que él hizo, la transforma en una obra nuestra. Puede suceder en cualquier parque del país. Son dos personajes bien diferenciados, y también intervienen otros personajes.

LB: -Es sencillamente extraordinaria. En primer lugar, ya habíamos hablado de la obra, y un día me manda la traducción literal. Y me pareció que estaba bien, pero falta la adaptación porque la sentí un poco lejana. Campanella tardó cuatro meses en hacer la adaptación. Pero es tan extraordinaria, que sin traicionar ninguna de las cosas del autor, nadie va a pensar que no es una obra argentina. Esa es una garantía para nosotros.

Además crea esa cercanía entre el público y el parque que es maravillosa. Y además él confiesa que esa obra influyó en su manera escribir los diálogos. Y evidentemente es así. Yo lo pude vivir cuando hicimos “El hombre de tu vida”, cuando los diálogos eran una preciosura y en esto ha hecho una verdadera adaptación.

-Eduardo, ¿te considerás un actor Campanella?

- (Larga la carcajada). Un chico Campanella, como las chicas Almodóvar. Con Juan somos amigos hace muchos años, y cuando coincide que un trabajo nos encuentra, más que un trabajo es una aventura. Está bueno porque le tengo gran admiración como artista, y me interesan mucho las historias que cuenta. En principio desde un aspecto profesional, me pone muy feliz compartir un trabajo.

Aunque no lo puedo vivir como cuando un director lo llama a un actor, y ese actor se pone contento porque es Campanella. No, en general es la propuesta de un amigo. De hecho “Parque Lezama” surgió cuando me vino a ver al teatro en “El Reportero”. Después de la función fuimos a cenar y me dijo: “Y si hacemos la obra...”. Es una aventura de trabajo, y de los sueños que nos gusta cumplir.

-¿Cómo es trabajar en teatro con Campanella?

LB: -Él se adaptó enseguida. Algunas cosas le resultaron extrañas, como por ejemplo que las funciones no eran todas iguales, que no es el caso del cine. En el cine pasan las horas, los días y siempre estás igual, en el teatro no es así (ríe). De modo que eso lo desconcertó un poco. Pero como director, le resultó muy agradable y le parecía maravilloso, que a los dos meses de empezar con el trabajo ya estábamos para estrenar. Una película lleva dos o tres años.

Esa inmediatez le pareció muy bien. Y a mí me parece que se va a quedar en el teatro por mucho tiempo. Igual hay “Parque Lezama” para rato. Tenemos gira hasta noviembre y después hacemos temporada en Mar del Plata.

-¿Hay algún otro proyecto en camino junto al director?

LB: -No. Yo no soy afecto a las cábalas, pero la verdad cuando uno tiene un éxito, lo que quiero es cuidarlo y no pensar en otro proyecto, porque me da impresión. Un proyecto que tenemos alguno de nosotros, no sé si se podrá hacer, pero nos gustaría mucho es llevar la obra al cine.

-Más allá de la obra, el público de teatro tiene con usted una especie de contrato de empatía...

LB: -Hay un acuerdo entre el público y yo, que no sé cuando se firmó, y ni siquiera sé si se firmó. Eso después de 50 años de profesión creo que lo conseguí. Esa empatía, esa suerte de complicidad creo haberla logrado a través de los años. Espero que me acompañe la salud y continuar.

La ficha

"Parque Lezama"
Dirección:
Juan José Campanella.
Actúan: Luis Brandoni, Eduardo Blanco, Viviana Puerta, Germán Rodríguez, Mariano Reynaga, Federico Llambi y Carla Pantanali.
Funciones: jueves 25 y viernes 26 a las 21.30; sábado 27 a las 19.30 y 22:15, y domingo 28 a las 19.30.
Lugar: Teatro Plaza (Colón 27, Godoy Cruz). 
Entradas: $350, $300 y $250. En  Musimundo Mendoza (San Martin 1549) Musimundo Godoy Cruz (Shopping Portal de Los Andes), en la boletería del Teatro Plaza, y también por teléfono llamando al 476-9100 o vía Internet a través de TuEntrada.com

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