Tiene 22 años pero es uno de los veteranos de este plantel porque estuvo en los dos ascensos y el descenso. Su nombre se menciona junto a los de Oga, Espinosa o Corvalán como uno de los históricos. Se trata de Tomás Marchiori, el arquero de Gimnasia que volvió a ser fundamental para que el Lobo avanzara a octavos de final de la Copa Argentina, haciendo historia en esta competencia.
Como aquella noche de mayo cuando el equipo dejó afuera a Quilmes en cancha de Temperley, el arquero se quedó, tapó dos penales frente a Talleres de Córdoba en Santa Fe y, aunque él no lo menciona, le mete presión al cuerpo técnico para que de una vez por todas se le dé continuidad.
“Esto no cambia nada. Voy a seguir entrenándome y metiéndole como siempre. Estoy en el plantel para sumar y rendir cuando se me necesita”, cuenta a Más Deportes recién llegado a la provincia, quien fue mucho tiempo suplente de Matías Alasia y luego de Viola.
"Eramos conscientes de que no iba a ser un partido fácil, porque venía de hacer cinco goles nada menos que a Lanús. Nos habíamos preparado bien desde la llegada del nuevo cuerpo técnico y estábamos convencidos de que podíamos hacer un buen partido", cuenta ante la consulta si los sorprendió el nivel del equipo que se armó con muy poco tiempo y llegaron sin amistosos previos.
"Este torneo es una linda vidriera. Muchos equipos tratan de aprovecharlo y sólo en esta Copa se puede dar lo que vivimos ante Talleres", dice más adelante y cuenta que se enteró dos días antes de que él iba a ser el arquero titular.
"Marcelo nos llamó a los arqueros y nos los comunicó. Igual esto no significa que en el torneo las cosas sean diferentes. El resto del equipo lo terminó de definir durante el día del partido, porque después nos enteramos de que algunos jugadores todavía no tenían la habilitación".
Tal como lo dice, Leandro Becerra y Mateo Ramírez estuvieron muy cerca de no poder jugar. Hay que recordar que Gimnasia ganaba 1 a 0 y en la última jugada Talleres consiguió el empate con un remate desde afuera del área.
-¿Qué sentiste cuando viste que se metía la última pelota?
-Una amargura terrible. Sentí que se nos había escapado el gran partido que habíamos hecho. Trabajamos ordenados y una pelota que viene de otro lado consigue un gol de otro partido.
Yo pensé que el jugador iba a abrir el pie y buscaría el otro palo, pero son jugadores con mucha categoría que por algo juegan en primera. La pelota la vi recién cuando pasaba a los defensores y me agarró muy parado.
Pero bueno, gracias a Dios teníamos otra chance y la aprovechamos. Eso me pone muy contento, no sólo por mis compañeros sino también por el club que está haciendo bien las cosas y merece estar más arriba de donde estamos.
-¿Te considerás un especialista en los penales?
-La verdad que quiero destacar que gran parte del mérito es de Paolo Olivera (entrenador de arqueros), quien hace el trabajo invisible.
Él había estado estudiando a los pateadores y me dijo dónde podían patearlos.
-Han ganado varias definiciones y justo se les escapó la más importante...
-Sí, es como vos decís. La más importante no sólo para nosotros sino también para toda la gente que estaba muy entusiasmada. Pero bueno, no hay que bajar los brazos. Lo importante es que este triunfo sirve y mucho, en lo anímico de cara al Federal A.
Sabemos que tenemos que ser protagonistas en todos los torneos. Fue fundamental sumar minutos y ganar. Siempre que se gana, los errores que se hayan cometido se pueden solucionar con mayor tranquilidad.
-¿Qué les aporta de nuevo Marcelo Fuentes?
-Es muy bueno. Trata de decirnos el por qué de cada cosa que nos piden hacer en los entrenamientos. Su idea es que tengamos la pelota y presionemos bien arriba. De todas maneras sabemos que recién nos estamos conociendo y que con el correr de los entrenamientos vamos a ir entendiéndonos mejor todavía.
-Se vio a Viola festejar enloquecidamente en el banco. Eso habla de una buena convivencia.
-Sí es excelente. Tanto con Ezequiel como con Tommy Giménez y Paolo Olivera. Trabajamos apoyándonos y sabemos que al que le toque entrar está respaldado por los otros.
Gimnasia tiene en este jugador oro en polvo. Seguramente lo disfrutará poco tiempo. Él, en todo momento, agradece lo que hace la dirigencia y sin falsa modestia asegura que “nosotros crecemos a la altura del club”.
Un lobo genuino. Así es Tomás Marchiori, el hombre del que habla el país.