¡Papelón, joder!

Un Godoy Cruz “muletto” cayó 1 a 0 frente al modestísimo Español, que juega en la B Metro, y se despidió de la Copa prematuramente. Regaló $ 375 mil y la chance de ir a la Libertadores.

¡Papelón, joder!
¡Papelón, joder!

Caras largas, gesto adusto, rostros desencajados. Son las huellas de una eliminación tan absurda como innecesaria y previsible. Hasta vergonzosa. ¿O acaso no es un papelón caer en 32avos de final frente a un equipo que deambula en los últimos puestos de la tabla de una categoría dos escalones más abajo? En tiempos cuando la calidad y jerarquía son palabras que no abundan, ni mucho menos, no había necesidad alguna de guardarse lo mejor para un duelo frente al escolta del campeonato, cuando todavía quedan 18 partidos por delante y el promedio no aprieta.

Godoy Cruz no sólo volvió a despilfarrar un objetivo más de este nefasto 2015 sino que además está regalando el prestigio conseguido con el sudor de su propia frente. Hace rato que dejó de ser aquel equipo modelo, protagonista y revelación que se clasificaba a las Copas y bajaba a los grandes. Lamentablemente, aquello pasó a ser un recuerdo: su actualidad marca una realidad totalmente diferente. Un plantel totalmente desmantelado y “gasolero”, comandado por alguien que hacía muy bien su tarea como coordinador, pero que casi caprichosamente y por obligación fue colocado en un puesto que no siente.

Así las cosas, el presente de nuestro representante mendocino en Primera no es una casualidad; es una causalidad. Es, ni más ni menos, que el efecto de una decisión totalmente equivocada del presidente José Mansur y una Comisión Directiva condescendiente y partidaria de un manejo totalmente personalista y, a veces, hasta incoherente. Porque verdaderamente no se explica  cómo, en un proyecto donde lo más importante pasa por tener superávit en cada balance, haya regalado un cheque de 375 mil pesos por su propia impericia. Porque la realidad es que el Tomba nunca apostó a esta Copa, cuyo premio mayor es ni más ni menos que clasificarse a la Libertadores 2016
De antemano, la decisión del entrenador de colocar suplentes era arriesgada. Por más que entre los once hubiese jugadores que hasta hace poco eran titulares: Moyano, Ceballos, Olivares, García, Díaz, Bella. ¿Cuántos entrenamientos tuvo ese equipo? Dos, tres, cuatro…

Fueron innecesarios. La realidad se vio en la cancha de Instituto porque, a pesar de las enormes limitaciones de Español, en ningún momento Godoy Cruz pudo hacerse dueño del partido. Jamás, salvo esos últimos minutos (ya con Mercado, Zuqui y Fernández en cancha), metió miedo. Nunca acorraló al Gallego contra su arco. Mucho menos le hizo sentir la diferencia de categoría. Es cierto, convirtió al “1” rival en figura, pero nada fue claro. Todo a la carga barracas, con los pelotazos del final o el “fulbito” inofensivo del primer tiempo.

Justamente categoría es lo que le falta a este Godoy Cruz versión 2015, un plantel corto en nombres y calidad, al que no le sobra nada y que aún así, es capaz de darse el lujo de dejar en Mendoza a Jaime Ayoví -su principal figura- viendo y escuchando el papelón que hacen sus compañeros frente al Deportivo Español. Sí, parece un mal chiste de gallegos. Pero, guste o no, la única verdad es la (triste) realidad.

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