Dos, tres disparos. “Al principio creímos que se trataba de una pelea...”, afirma Yunus Turk. Pero cuando un hombre surgió en medio de la discoteca disparando a la multitud “nos dijimos 'es un atentado'”, completó su primo, Yusuf Kodat.
Los dos jóvenes franco-turcos formaban parte de los centenares de personas que celebraban el Año Nuevo en el Reina, una selecta discoteca de Estambul donde un hombre armado mató a 39 personas en un ataque reivindicado por el grupo Estado Islámico (EI).
“Vuelvo a pensar en estos momentos; no llego a borrarlos de mi memoria”, explica Yusuf Kodat. “La gente en pánico, la sangre, el ruido de los disparos, las detonaciones”, describe.
Los dos primos, que viven en Alsacia (Francia), habían viajado a Turquía para las fiestas de fin de año. Habían decidido celebrar el 31 de diciembre en el Reina, situado a orillas del Bósforo, en la orilla europea de Estambul.
Este exclusivo club cuenta con varios restaurantes y pistas de baile además de un bar central. Se extiende sobre una terraza con unas vistas espectaculares sobre el Bósforo y uno de los puentes que lo cruzan.
“Fue ahí que empezamos a dispersarnos. De hecho, nos escondimos. Hay quienes saltaron al agua”, continúa Yunus.
Los dos primos relatan cómo el pánico se adueñó de las más de 700 personas presentes en la discoteca.
“Había personas que corrían junto a mí y que fueron alcanzadas por las balas, que quizá están muertos o heridos, no lo sé”, recuerda Yunus. “De hecho, por el pánico, corríamos hacia todos lados. No mirábamos demasiado lo que ocurría alrededor”.
“Nos quedamos diez, quince minutos. Esperábamos a que la policía llegara”, precisa Kodat. “En ese momento, mi primo estaba en otro lado, le envié un mensaje y cuando me contestó me quedé más tranquilo”.
A la llegada de las fuerzas del orden, que buscaban a uno o varios asaltantes, la evacuación se hizo bajo bajo una estricta vigilancia.