"Yo no sé por qué si se tienen bronca, no se matan entre ellos y no a mi hijo que no tenía nada que ver", declaró ayer Mirta Calderón, durante el juicio por homicidio contra Jonathan "Jamaica" Sepúlveda (20), un joven catalogado por la policía como uno de los presuntos líderes de una banda lasherina enfrentada con los "Los Canavis" (sic) por dominio territorial para comercializar droga.
El 26 de febrero del 2016, Mirta, su marido y sus seis hijos estaban celebrando el cumpleaños 18 de uno de los jóvenes cuando en la calle se estaba produciendo una clásico ajuste de cuentas entre dos bandas del barrio Santa Teresita.
Una bala entró por la ventana de la vivienda y le dio en la espalda a Carlos Alejandro González (29). Camino al hospital el joven, padre de dos hijos, falleció.
"Mi hijo sólo me dijo: "mami, me pegaron un tiro", contó la mujer -ganada por el llanto y el dolor durante toda su declaración- a los jueces de la Sexta Cámara del Crimen, a quienes les pidió "Justicia porque ahora es mi hijo pero después puede ser el hijo de cualquiera".
Sin dejar de llorar ni por un momento, Mirta contó el drama que fue perder a un hijo y luego declaró que una mujer de barrio le dijo que la persona que disparó contra su hijo fue "el Jamaica" y que -tal como ocurre en este tipo de asesinatos- todo el barrio vio lo que pasó".
Luego sostuvo que tras la muerte de su hijo Carlos debieron mudarse del barrio Santa Teresita porque eran constantemente amenazados.
"Me mudé porque tenía miedo por mis otros hijos. La madre (del imputado) decía que nos querían comprar con plata y con un vehículo", agregó la testigo.
Antes había declarado Daniel Gómez, marido de Mirta y padrastro de la víctima.
El hombre, tal como había sostenido su pareja, afirmó que no conocía personalmente al tal "Jamaica" pero "fue él quien disparó contra Carlos".
Según explicó, esa noche se produjo un tiroteo entre dos grupos, uno de ellos formado por "El Jamaica", "El Tortuguita" y "El Gordo".
"Los tres dispararon pero el que le pegó el tiro fue 'El Jamaica', quien estaba más cerca de nuestra casa".
Luego contó que un vecino cuyo nombre no recordaba -su familia llevaba poco tiempo viviendo en el barrio- le dijo que los tres gritaban y tiraban: "le pegamos a uno", dijo uno de ellos y se fueron corriendo. Un señor vio que "El Jamaica" llevaba un fierro", explicó.
El juicio es por homicidio agravado por el uso de arma de fuego y, por lo tanto, el acusdado podría recibir una pena que va de los 8 a los 25 años de cárcel.
