La consigna "el show debe seguir" es una máxima que a Madonna casi le cuesta seguir en su recital del martes en Tailandia cuando un problema de vestuario casi la hace caer el escenario.
La reina del pop, que recorre el mundo con su gira Rebel Heart, se quedó enganchado a una tela que la cubría y de la que no podía desprenderse mientras cantaba.
Tironeó pero no logró zafar fácilmente y tuvo al numeroso público, en el estadio Impact Arena de la ciudad de Bangkok, en vilo que miraba expectante como la diva resolvió el conflicto. Finalmente zafó y siguió como si nada y el público lo agradeció.
Madonna es una experta en improvisar y no es la primera vez que el vestuario le juega una mala pasada. Hace casi un año en plena presentación de los Brit Awards se enganchó la capa que llevaba y cayó desde el escenario.