Una postura encorvada en exceso y una llamativa timidez derrumbó los planes de fuga de Víctor Suárez (41), el preso de Boulogne Sur Mer famoso en las noticias policiales de varias provincias bajo el apodo de "Meteoro". Ayer al mediodía, y después de haberse fugado de esa cárcel en agosto pasado con un DNI que no era suyo, el preso intentó ganar la libertad, esta vez disfrazado de anciano. Tras ser advertido en los controles penitenciarios, aseguró que lo volverá a intentar.
"Meteoro" ganó su apodo básicamente porque es un hombre de movimientos rápidos. Agil para escapar y para cometer estafas, delito por el que es investigado en cerca de 300 causas en varias provincias del país, incluidas Mendoza, San Luis, Córdoba y Santa Fe.
En su faceta más huidiza fue que ayer quiso una vez más ganar la calle, ahora usando una máscara de anciano y un bastón.
El intento de fuga se produjo a las 13.30. A esa hora el hombre mayor que hacía un rato había entrado como visita a la cárcel de Boulogne Sur Mer se disponía a pasar los controles penitenciarios y volver a la calle.
Pero esta vez los guardias lo notaron con un paso más cansino que cuando entró: tenía la espalda muy encorvada y no levantaba la mirada del piso.
Si bien esa actitud llamó la atención, los penitenciarios sabían que un par de horas atrás ese hombre había llegado a la cárcel, acompañado por una mujer. Es más, ellos los habían recibido. Aunque esta vez la dama ya no lo acompañaba, lo que también resultó extraño al ojo de los guardias.
"Cuando llegó a los controles, le pidieron que les mostrara los sellos que le habían colocado en su ficha al ingresar y que levantara la mirada así le veían bien el rostro", dijo el director del Servicio Penitenciario local, Eduardo Orellana.
Todo era extraño en ese hombre y se tornó mucho más cuando presentó unos sellos que no eran los que se colocaron a las visitas que llegaron a la Penitenciaría. Además, se negaba a levantar el rostro.
Tantas eran las dudas que el sospechoso fue apartado del resto de las visitas. "Mirándolo de cerca notaron que se trataba de Suárez", agregó Orellana.
“Meteoro” había logrado un disfraz casi perfecto. Llevaba una máscara de látex y una peluca y usaba ropas idénticas a las que vestía el "viejito" que había entrado antes, además de un bastón con el que completaba la escenificación.
Decidido a fugarse
Con el intento de escape abortado, "Meteoro" fue de vuelta a su celda. Allí estaba su compañero de encierro, acompañado por el verdadero anciano (que no era tal ya que se trataba de un hombre de unos 60 años) y la mujer. Ahora la Justicia evalúa el grado de participación que tuvieron ambos y, al menos al hombre, imputarlo por favorecer una evasión.
En su intento, "Meteoro" quiso sortear los mismos controles por los que se escapó en agosto pasado. "La gente que estaba apostada (ayer) cumplió con el protocolo, que no fue lo que pasó la otra vez. Se actuó con compromiso", agregó Orellana, y aseguró que se intenta determinar cómo ingresaron la peluca y la máscara.
Ante las autoridades penitenciarias, Meteoro hizo declaraciones sorprendentes. "Aseguró que intentará fugarse otra vez. Está muy decidido; dice que lo hace por amor a sus dos hijos, de tres y un año", contó una fuente.
Además, agregó que jamás fue ayudado por penitenciarios para escaparse y destacó que no usa violencia sino que busca los "puntos débiles" del sistema.
Al menos por los próximos 15 días, "Meteoro" deberá enfrentar una sanción administrativa (otorgada por las autoridades penitenciarias) dado que quiso vulnerar su encierro. Lo más probable es que esos días los pase aislado del resto de la población penal. Aunque dado su historial y sus ansias de libertad, no sería extraño que, recluido en su soledad, piense en qué disfraz le sentará mejor y en el momento adecuado para usarlo.
Especialista en escapes
El 4 de agosto, Suárez se fugó de Boulogne Sur Mer en medio de las visitas programadas que tienen los internos.
Llevó un DNI que le había "prestado" una visita, a la que dejó en su celda como remplazo.
u fuga complicó la situación de penitenciarios y jefes, que fueron pasados a pasiva e imputados.
Tres semanas después fue detenido en San Luis cuando ya había cometido cerca de cinco estafas con la misma modalidad: simular ser un abogado interesado en compra-venta de autos.
Básicamente, compraba autos por los que nunca pagaba ni un peso y una vez que los obtenía, los vendía.
Ambos casos de fuga recayeron sobre el fiscal Gustavo Pirrello.