Seguramente alguna vez te sucedió que mandaste un e-mail o un mensaje de texto y la otra persona interpretó un tono que no necesariamente era el que vos querías utilizar. Un simple “bueno” en una contestación puede indicar disconformidad o enojo ante los ojos de quien cree estar recibiendo una respuesta hostil.
El desarrollo de tecnología en software ha intentado corregir ciertos aspectos de nuestra comunicación por medios electrónicos. Por ejemplo la ortografía y la gramática al escribir una carta o correo. Incluso Gmail soporta una característica donde si mencionamos adjuntar algún tipo de documento pero olvidamos adosar el archivo al e-mail, la interfaz nos alertará sobre esta situación al presionar ENVIAR.
Pero ahora IBM quiere ir un paso más allá y analizar el texto en búsqueda de patrones que indiquen distintos matices en el lenguaje que permitan confirmar la tonalidad verbal con la que el receptor interpretará nuestro mensaje. Pero ¿Cómo van a lograrlo?
