Sebastián Méndez parece un jugador tombino más. Vive el partido como si todavía fuese futbolista.
Va de un lado al otro de la línea, hace gestos, grita, se enoja. Se abraza con los jugadores en los goles y a la hora de los cambios... Y festeja como si él protagonizara el gol de la tarde.
El Gallego ha experimentado diferentes sensaciones durante el campeonato, pero nunca como al momento que Néstor Pitana marcó el final del partido.
Sebastián “explotó” de alegría, esta vez dejó al descubierto todo lo acumulado. “Y sí, me desaté”, reconoció ante todos.
Claro que tiene una explicación: “Disfruté mucho cuando le ganamos a River, pero al medida que van pasando las fechas y acerca la definición, uno va mostrando distintos sentimientos”.
El adiestrador del Expreso reconoció lo difícil que fue la victoria frente al Pirata cordobés. “Se ganó como se gana en esta instancia. Creo que justificamos la victoria y los tres puntos son merecidos”, marcó quien ya entró en el corazón de los hinchas Bodegueros. “La palabra ídolo es muy grande, no creo ser merecedor de eso”, agregó.
Y cerró con una catarata de elogios para su dirigidos. “Honran la profesión de futbolistas. Me siento orgulloso de tenerlos. Aprendo de ellos todos los días, en cada gesto y charla”.
Carabajal en reserva
El elenco de Alberto Salomón empató en cero, pero lo más importante es que Gabriel Carabajal volvió a jugar después de varias fechas parado, tras una dura lesión en el tobillo.
