"La mató porque no tenía para darle de comer". Esta fue la respuesta que dio la policía Carolina Páez cuando los jueces de la Tercera Cámara del Crimen le preguntaron por qué Macarena Alejandra Ferreyra (22) habría matado y luego enterrado a su bebé, el 11 de setiembre de 2013, en una humilde vivienda semirural ubicada en el distrito Los Corralitos de Guaymallén.
La revelación que hizo la mujer policía ayer en el debate en el que se juzga por homicidio a la joven madre, podría ser fundamental a la hora de la condena. Es que, según la uniformada, la acusada -madre de tres niños y celíaca- cuando la Policía llegó al lugar, le contó cómo y por qué le habría quitado la vida a la menor.
La auxiliar Páez declaró en Tribunales que llegó a la vivienda de la joven en calidad de chofer de un comisario de Guaymallén y que luego de entrevistar a la familia de la imputada, fueron al patio y encontraron el cadáver de la niña junto a un pozo.
Luego sostuvo que la bebé estaba muerta y tenía un golpe en el cráneo y un brazo quebrado. Nadie -ni la madre, ni los hermanos de Macarena- sabían que había estado embarazada.
"La madre decía que era celíaca pero no podía comprarse los alimentos adecuados y por eso estaba hinchada", declaró la policía.
Siempre según el relato de la uniformada, cuando empezó a trabajar el personal de Científica, la chica se quebró y "con lágrimas en los ojos" le confesó que la bebé había nacido el 28 de agosto y que ella estaba sola en su habitación cuando nació. Ese día el marido estaba trabajando, se le cayó al piso y se golpeó, y la asfixió con las manos para que no llorara.
"Tenía lágrimas en los ojos y me decía que no tenía (dinero) para darle de comer. Estaba mal", afirmó Páez.
Ante las repreguntas de las partes y los jueces, la policía dijo también que la imputada "la asfixió porque no quería que su madre (que estaba en otra habitación) la escuchara llorar".
Fue entonces que se le pidió que aclarara el concepto y la policía rectificó: "La mató porque no tenía para darle de comer".
También declararon otros policías que participaron del caso. "El nene (el sobrino de Macarena) me dijo que estaba jugando con un perro y que el perro desenterró al bebé".
Pobreza extrema
Algunos testigos también se refirieron a la situación paupérrima en que vivía la familia de la joven, aunque llamó la atención la pobreza conceptual del testimonio de la licenciada en trabajo social Carla Torres, del Organismo Técnico Criminológico. Torres no pudo ni siquiera interpretar el informe sobre las condiciones de la vivienda, que ella misma había escrito. “Las necesidades socioeconómicas estaban medianamente satisfechas, con indicadores de déficit”, dice su informe, pero la “licenciada” no pudo aclarar si la casa tenía luz, agua y si cada uno de los 9 habitantes del lugar tenían cama.
“Era una casa muy pobre. El lugar era muy precario. Yo entré cuando la chica se fue a cambiar. Eran muy pobres y vivía mucha gente. Ella con sus tres hijos y su esposo, la madre y la hermana con su esposo y su hijo”, recordó la auxiliar de policía Páez.