De cabeza, de zurda o de derecha. Argentina enfoca su trabajo afinando la puntería, su falencia más notoria, para el choque del viernes ante Colombia en Viña del Mar en los cuartos de final de la Copa América. Lionel Messi es un claro ejemplo de ese déficit ofensivo, con apenas un gol en tres partidos, algo casi inusual cuando juega con el Barcelona y sacude redes por las principales canchas europeas.
Esa preocupación que envuelve al técnico Gerardo Martino está respaldada por las estadísticas de la organización: Argentina remató 33 veces al arco y convirtió cuatro goles lo que significa una efectividad del 12%. Pero a Colombia le fue peor con un tanto en 28 disparos. Sólo Chile y Ecuador, ambos con 36, superan a Argentina en disparos.
Ayer Martino ensayó puntería y diversas variantes. Entre ellas desplegó a los juveniles a ejercer presión ante la salida de los defensores, quizás porque Colombia trataría de buscar el partido en el centro del campo y ejercería presión alta, según lo que se pudo ver en los últimos minutos de práctica abierta a la prensa.
Entonces, el Tata apeló una formación con cambios en las líneas. ¿Cómo formó? Romero en el arco; Roncaglia, Garay, Mascherano, Rojo en la defensa; Pereyra, Biglia y Lamela en el medio; Messi, Tevez e Higuaín en la delantera.
Una formación diferente a la vista hasta este momento. Pero atentis, de emergencia. Porque el entrenador -se hizo un lugar para hablar con Messi, Mascherano y compañía en el final- piensa en sólo dos modificaciones: Agüero por Higuaín y Otamendi por Demichelis. Seguramente, el Tata lo terminará de confirmar en el transcurso de los días que restan, previo al compromiso del viernes en Viña del Mar.
A diferencia de los otros equipos que llegaron a cuartos de final, los argentinos guardan silencio con la prensa desde el sábado, tras el partido con Jamaica. Además del déficit ofensivo, Argentina acusa otro problema que es la merma física que exhibe al despuntar el complemento, algo visible en sus tres presentaciones.
El desgaste producto de la presión que ejerce Argentina en toda la cancha, sumado a que sus astros vienen de una exigente temporada europea, serían factores que hacen visible esa falla en un equipo que suele defenderse con la posesión de la pelota.