“Martín”, el ‘Yo malvado’ del joven acusado de asesinar a madre e hijo

Mañana declara Joel González (20), sospechado de matar a un hombre y a su madre en la Sexta el año pasado. Además se llevó a su casa un dedo de la víctima varón. Joel les ha hablado a los psiquiatras de "Martín", la voz que le retumba en su cabeza y le ha

“Martín”, el ‘Yo malvado’ del joven acusado de asesinar a madre e hijo
“Martín”, el ‘Yo malvado’ del joven acusado de asesinar a madre e hijo

Joel González (20), acusado de matar a puñaladas a un hombre y a la madre de éste, de quedarse con un dedo de su víctima varón y hasta de ser un inexperto taxi boy, enfrenta horas clave para su causa. En síntesis, al chico no lo puede esperar otra cosa que la cárcel (hoy está preso en San Felipe) o un psiquiátrico (también estuvo internado en El Sauce).

Su juicio comenzó la semana pasada en la Sexta Cámara del Crimen y de momento todo se ha polarizado, dicho vulgarmente, en demostrar ‘si es un loco o si se hace’. De esa disyuntiva dependerá si se lo considera inimputable o no.

Hasta el momento las aguas están divididas; pero mañana será un día importante en el debate ya que -por más que sus abogadas oficiales, Silvina González y Ana Granados, preferían que no lo hiciera- el chico va a declarar ante los jueces Alejandro Gullé, Marcelo Gutiérrez del Barrio, Liliana De Paolis y el fiscal Fernando Guzzo.

Hay expectativa acerca de lo que dirá. Porque puede que entre en juego "Martín", el amigo invisible de Joel desde que tiene desde los 12 años, "su lado negativo, el que le habla y le hace hacer cosas malas", como dice una de sus abogadas.

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De acuerdo con lo que hay en el expediente, el viernes 10 de mayo del año pasado, Hugo Montesino (48), un empleado municipal con problemas de adicciones, se contactó vía internet con un taxi boy. Montesino lo citó a su casa de calle Moyano al 1400 de la Sexta Sección donde él vivía con su madre, Teresa, de 68 años.

Joel era un taxi boy casi sin experiencia y fue a la cita. Algo pasó en esa casa porque a la mañana siguiente, los Montesino estaban muertos a puñaladas; en la casa faltaban algunas cosas como el celular del hombre.

También le faltaba su dedo derecho: el asesino se lo había cortado y se lo había llevado consigo. Esa misma madrugada, un joven apareció por la guardia del hospital Central para que le curaran algunas heridas provocadas por arma blanca.

Era Joel pero dio otro nombre. El caso estuvo tres meses sin que se supiera demasiado. Igual, la fiscal Claudia Ríos lo seguía de cerca.

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El miércoles 14 de agosto del año pasado, después de que el celular de Montesino varón se volviera a activar desde el día del crimen, la Policía dio con un chico en Guaymallén.

Este joven dijo que Joel se lo había vendido y luego fue sencillo dar con él. Del departamento donde vivía, en calle Las Heras y avenida España de Ciudad, los efectivos se llevaron elementos y cuadernos.

Cuando se estaban por ir por orden de la fiscal Ríos, a un policía le dio por revisar qué había en el interior de un termo que estaba en la habitación de Joel; cuando lo revisó dio con un dedo anular; cuando lo cotejaron salió a la luz que era el dedo que le faltaba al cadáver de Hugo Montesino.

Además le detectaron una cuenta de Facebook falsa en la que se comunicaba con otra gente. Y gran cantidad de bibliografía referida a la criminalística.

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La vida de Joel era la de un chico introvertido y de los llamados “raros”. Vivía con su madre y su hermana diez años menor en el departamento de Las Heras y España, en pleno centro.

Estudiaba en el Cens de la escuela El Carrizal que queda en el edificio de la Patricias Mendocinas y se destacaba por la timidez propia de alguien con una intensa y tortuosa vida interior. En la primaria -cuando fue abanderado- registra haber sido víctima de bullying.

Nació en 1994 y desde a los 12 años le confesó a su psiquiatra que tenía un amigo invisible, "Martín", quien le daba órdenes. "Martín" vivía en la cabeza Joel y aparecía para volverlo travieso y a veces cruel.

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En la cárcel San Felipe, donde Joel pasa sus días hoy, es atendido por la psiquiatra Beatriz Frites. Ella en el juicio explicó que cuando comenzó a tratar al joven no tenía un cuadro muy definido, "presentaba una personalidad esquizoide; no se comunicaba mucho, hasta que un día habló de una vozinterior, de un amigo llamado Martín".

Para la profesional, el paciente comprende los hechos que le toca vivir y tiene juicios de valor. Y no finge, por más que haya tenido conductas suicidas (se autolesionó, pero las lesiones fueron leves y nunca pusieron verdaderamente en riesgo su vida).

Según la psiquiatra, Joel está contenido, pero una situación de encierro y aislamiento más extensa podría empeorar el cuadro psicótico que presenta.

"Por suerte, la medicación por ahora lo contiene", cerró la profesional.

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En un plano opuesto, asoma la mirada del psiquiatra del Cuerpo Médico Forense de apellido Herrera, quien ha tenido varias entrevistas con el acusado.

Herrera no le cree, y menos cree en la idea de "Martín": "Joel no presenta un cuadro psicótico -les dijo a los jueces, para dar por sentado que puede ser imputable-.

'Martín' no es una alucinación, sino una fabulación que usa para manipular situaciones". En su declaración, Herrera confirmó que el acusado "ha mostrado en varias oportunidades una actitud ganancial ya que oculta y maneja información en forma, justamente, ganancial; es decir de acuerdo con su conveniencia".

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Como va, el debate jurídico pinta para ser resuelto entre dos cuadros psiquiátricos con consecuencias legales totalmente diferentes.

Si Joel es psicótico irá a un psiquiátrico (por más que Mendoza no cuenta con una institución de esas características), porque ellos no son responsables de lo que hacen pero representan un peligro para los demás y para sí mismos. Eso es cuando "Martín" se hace presente y provoca tanto daño.

En cambio, si es un psicópata, la cárcel será su hogar; porque los psicópatas saben lo que hacen. Y allí, no hay lugar para el tal "Martín".

El Asesino psicótico y el asesino psicópata

El psicótico
La característica principal o lo que lo diferencia del resto de los asesinos, es que nos encontramos ante un enfermo. La pérdida del contacto con la realidad es lo que genera sus acciones incontroladas y fuera de todo sentido común.

Su percepción de las cosas y de lo que sucede a su alrededor se ve de tal forma alterada que sus reacciones se ven condicionadas hasta el extremo de que nada ni nadie puede sacarle del error en que se encuentra.

Una observación importante es el origen de esta psicosis, que a grandes rasgos derivaría de una causa endógena, en el enfermo típico, o por causas exógenas debido al consumo masivo de alcohol o drogas, circunstancia que provocaría ese estado psicótico.


El psicópata
La Asociación Americana de Psiquiatría ya describía en 1952 a los psicópatas como individuos de comportamiento habitualmente antisocial, que se muestran siempre inquietos, incapaces de extraer ninguna enseñanza de la experiencia pasada ni de los castigos recibidos, así como también de mostrar verdadera fidelidad a una persona, a un grupo o a un código determinado.

Suelen ser insensibles y hedonistas, de muy acentuada inmadurez emocional, carentes de responsabilidad y de juicio lúcido, y muy hábiles para racionalizar su comportamiento a fin de que parezca correcto, sensato y justificado. Los caracteriza la anestesia afectiva.

Fuente: latinoseguridad.com

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