La dermatitis perioral se manifiesta a través de reiteradas irritaciones en el rostro. Las causas son desconocidas, pero se sabe que uno de los disparadores es el uso excesivo de productos para el cuidado de la piel.
Si uno exagera los cuidados, las barreras naturales del cutis se resienten y puede producirse una pérdida desmedida de líquido. Lo que sucede entonces es que el cutis se reseca, queda tirante y parece quemar. Las primeras marcas más palpables suelen aparecer en la zona de la boca, donde la piel se enrojece y salen pequeñas ampollas. Pero también es muy común que los primeros efectos se vean en la frente, las mejillas y los párpados.
A veces los afectados, al verse así, intentan limpiarse y cuidarse más todavía la piel. Pero eso genera justamente el efecto contrario. Los dermatólogos observan además que esta dermatitis muchas veces se presenta en personas que utilizan productos que no son adecuados para sus tipos de piel. El contenido graso de los productos y del tipo de piel no deberían ser muy distintos.
Por lo general, los afectados han estado aplicando las rutinas equivocadas durante años, por lo cual el primer paso del tratamiento resulta algo tedioso. Al iniciar la curación, los pacientes no pueden utilizar ningún tipo de producto durante seis semanas. Es decir, lo único que pueden usar para la limpieza del cutis es agua.
Si los pacientes se atienen a esta regla, la dermatitis suele desaparecer totalmente sin dejar cicatrices.
También pueden hacerse compresas de té negro, ya que contiene sustancias antiinflamatorias que generan cierto alivio. Si necesita recurrir a esta herramienta, se recomienda dejar enfriar el té y luego colocarse compresas entre una y dos veces al día durante diez minutos sobre las zonas del rostro afectadas.
Si la dermatitis es muy fuerte, pueden llegarse a recetar antibióticos. Lo importante como siempre es acudir al profesional.
