¿Los perros van al cielo?

A partir de las palabras que dirigió el papa Francisco a un pequeño que lloraba la muerte de su mascota, expresiones que esencialmente fueron una respuesta pastoral para un niño, se generó un llamativo revuelo en diversos ámbitos.

¿Los perros van al cielo?

El papa Francisco ha dado esperanza a homosexuales, parejas que no están casadas y defensores de la teoría del Big Bang. Ahora, se ha granjeado el cariño de amantes de los perros, activistas de los derechos animales y veganos.

En una aparición reciente en la plaza San Pedro, intentando consolar a un angustiado niñito cuyo perro había muerto, Francisco le dijo que “el paraíso está abierto a todas las criaturas de Dios”.

Si bien es incierto que las palabras del Papa apaciguaran al menor, fueron bienvenidas por grupos como la Sociedad Humana y Personas por el Trato Ético de los Animales, quienes las vieron como un repudio a la conservadora teología católica que afirma que los animales no pueden ir al cielo porque no tienen alma.

“Mi bandeja de entrada se saturó”, dijo Christine Gutleben, directora sénior de Acercamiento de la Fe en la Sociedad Humana, el mayor grupo de protección animal en Estados Unidos. “Casi de inmediato, todos estaban hablando al respecto”.

Charles Camosy, escritor y profesor de ética cristiana en la Universidad de Fordham, dijo que era difícil saber con precisión a qué se refería Francisco, ya que él habló “en lenguaje pastoral, que no está realmente enfocado a ser desmenuzado por académicos”.

Sin embargo, preguntó si los comentarios habían causado un nuevo debate sobre si los animales tienen o no alma, sufren y van al cielo, dijo Camosy. “En una palabra: absolutamente”.

En su mandato relativamente corto como líder de los más de 1.000 millones de católicos romanos del mundo desde que asumió el pontificado, Francisco, de 77 años de edad, ha causado repetidamente agitación entre conservadores en la Iglesia.

Ha sugerido posiciones más flexibles que su predecesor con respecto a temas como la homosexualidad, maternidad de madres solteras, parejas fuera del matrimonio y evolución.

Así que en cierta medida, no causó sorpresa que Francisco, jesuita argentino que tomó su nombre papal de San Francisco de Asís, el santo patrono de los animales, sugiriera a un niño triste que su mascota perdida tenía un lugar en el más allá.

Citando pasajes bíblicos que afirman que los animales no solo van al cielo sino que se llevan bien entre ellos cuando llegan allá, las palabras de Francisco fueron citadas cuando dijo: “Un día veremos a nuestros animales de nuevo en la eternidad de Cristo. El paraíso está abierto a todas las criaturas de Dios”.

Teólogos advirtieron que Francisco había hablado casualmente, no formulado una declaración doctrinal.

El presbítero James Martin, sacerdote jesuita y editor independiente de América, una revista católica, dijo que Francisco estaba afirmando que “Dios ama y Cristo redime a toda la Creación”, más allá de que teólogos conservadores hayan dicho que el paraíso no es para animales.

“Él dijo que el paraíso está abierto a todas las criaturas”, dijo Martin. “A mí, eso me suena bastante claro”.

La cuestión de si los animales van al cielo ha sido debatida emocionalmente durante buena parte de la historia de la Iglesia. El papa Pío IX, quien condujo a la Iglesia entre 1846 y 1878, durante más tiempo que cualquier otro papa, apoyó la doctrina de que los perros y otros animales no tienen conciencia alguna.

El papa Juan Pablo II proclamó que los animales efectivamente tienen alma y están “tan cerca de Dios como los hombres”.

Su sucesor, Benedicto XVI, en un sermón de 2008, afirmó que cuando muere un animal “significa el final de su existencia en la Tierra”.

Gutleben, de la Sociedad Humana, dijo: “Si el Papa efectivamente quiso decir que todos los animales van al cielo, entonces la implicación es que los animales tienen alma,” dijo.

Sarah Withrow King, directora de acercamiento y compromiso cristiano en PETA, uno de los grupos más activistas en contra de mataderos, dijo que los comentarios del Papa reivindicaban la presentación bíblica del cielo como apacible y encantador, y podrían influir sobre hábitos de consumo, alejando a los católicos del consumo de carne; mismo que, afirmó ella, ya había estado ocurriendo de cualquier forma.

“Es un mundo vegano, la vida por encima de la muerte y la paz entre especies”, dijo. “Yo no soy historiadora católica, pero el lema de PETA es que los animales no son nuestros, y los cristianos coinciden. Los animales no son nuestros, son de Dios”.

Sea o no que los comentarios del Papa terminen siendo una convincente razón nueva para no comer carne, suceso con potencial inquietante para las milmillonarias industrias de carne de res, cerdo, aves y mariscos, aún no es claro en el mejor de los casos. Sin embargo, sí causaron discusión.

“Al igual que con respecto a muchas otras cosas que el papa Francisco ha dicho, sus recientes comentarios sobre todos los animales yendo al paraíso han sido malinterpretados”, dijo un portavoz del Consejo Nacional de Productores de Cerdo, Dave Warner, en un mensaje de correo. “Ciertamente no quiere decir que sacrificar y comer animales sea un pecado”.

Warner citó pasajes del Génesis que dicen que al hombre es dado “dominio sobre los peces del mar y sobre las aves de los cielos y sobre cada criatura viva que se mueva sobre la Tierra”.

“Si bien ese ‘dominio’  significa uso en beneficio humano, requiere también de cuidado humano y alimentación, algo que todos los granjeros que crían animales practican cada día de cada año”, dijo Warner.

Martin dijo que no creía que las declaraciones del Papa pudieran ser interpretadas como un comentario sobre el vegetarianismo. Sin embargo, dijo, “él nos está recordando que toda la Creación es sagrada y que en su mente, el paraíso está abierto a todas las criaturas, y francamente, coincido con él”.

Laura Hobgood-Oster, catedrática de religión y estudios ambientales en la Universidad Southwestern en Georgetown, Texas, así como experta en la historia de la interacción perro-humano, dijo creer que habría una repercusión de conservadores religiosos, pero que tomaría tiempo.

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