¡Lo que te devoraste, Tomba!

Godoy Cruz jugó uno de sus mejores partidos del torneo, no sufrió en defensa y fue muy superior a Estudiantes, pero desperdició situaciones increíbles y, a siete del final, Desábato puso la cabeza y el Pincha se llevó un premio exagerado.

¡Lo que te devoraste, Tomba!
¡Lo que te devoraste, Tomba!

¿Cómo explicar el no triunfo de Godoy Cruz ? No se le puede atribuir a la mala suerte, tampoco a la falta de situaciones, mucho menos a que Lértora haya perdido al Chavo Desábato en el gol del empate del Pincha. El azar es un factor más dentro de los tantos que juegan en un partido de fútbol. Pero muchas veces, a la suerte hay que ayudarla.

Fue una jugada clave, de esas que cambian partidos. García Guerreño jugó corto el tiro libre para el Torito Rodríguez, quien después de un giro en el círculo central metió una asistencia enorme para Leandro Fernández, que con un toque sutil dejó desairado a Silva y quedó con todo el arco a disposición.

Era tocarla, soplarla, asegurarla, suavecito, con la parte interna del botín. Pero, ante la persecución de Schunke y Desábato, tocó con la parte exterior del zapato, el balón dio en la base del palo y salió. ¡Increíble!  Y no fue la única. Después hubo dos más. ¿Para qué seguir contando? Si usted seguramente ya lo vio por televisión...

Desde lo táctico y lo futbolístico, el partido del Expreso rozó la perfección. Oldrá dejó atrás el 5-3-2 de Rafaela para darle minutos al 4-4-2. Y fue todo un acierto.

Con Federico Lértora en su posición natural de volante central, con Zuqui siguiendo por toda la cancha al bueno de Correa, el Tomba lució sólido, compensado, firme, equilibrado en todas las líneas. Y eso que atacó casi en igual medida que en las presentaciones anteriores. Esas que fueron una lluvia de goles a favor y en contra.

Ante un rival bravo, que venía de quitarle el invicto nada menos que al mejor equipo de Argentina, Godoy Cruz jugó su mejor partido del torneo. Con la receta de la triangulación, el pase seguro al compañero mejor ubicado para generar el hueco y la movilidad de los puntas, fue más y mejor que el equipo de Pellegrino.

El gol del Tomba fue un homenaje al buen gusto, un culto al fútbol bien jugado. Con la impronta de este equipo súper ofensivo, luego de 14 pases seguidos (con la particularidad de que los diez jugadores de campo tocaron el balón), llegó la apertura el marcador por intermedio de José Luis Fernández.

A partir de ahí, se dedicó a justificar la diferencia. Sin fisuras de fondo, aplicadísimo en el aspecto táctico, con Josecito Fernández incansable por el carril zurdo y Ayoví pivotendo inteligentemente cada pelota, pudo liquidarlo.

Sin embargo, perdonó. Falló donde no se puede. Y, sin querer queriendo, el Chavo metió la cabeza y el Pincha le arrebató dos puntos que ya contaba. ¡Lo que te devoraste, Tomba!

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