“El partido fue parejo. Obviamente que la expulsión nos hizo cambiar de planes porque teníamos otra idea de juego”, comenzó diciendo el Gato Oldrá. “Pese a la derrota veo bien al equipo. Sabemos que ellos tienen problemas atrás, pero con uno menos se nos modificó todo”, agregó.
Siendo más profundo en su análisis, manifestó: “Le estamos encontrando la vuelta. Hoy nos parecemos a un equipo porque estamos más aplomados. Más allá de eso seguimos lamentando bajas y no podemos repetir el equipo”.
Tres caras conocidas
En el estadio 15 de abril aparecieron caras conocidas para los mendocinos. Uno dejó un gran recuerdo en el Bodeguero: Diego Villar, muy querido por los hinchas. El Pipa está identificado con los colores tombinos, pero en su última etapa se le abrió la puerta de Racing y emigró, para después jugar en Defensa y Justicia y recalar ahora en el Tatengue.
Otro es el paraguayo Rolando García Guerreño, quien fue titular en el certamen anterior, pero con Daniel Oldrá no iba a contar con muchas posibilidades.
Por eso cuando lo llamó Leonardo Madelón no dudó, hizo las valijas y se mudó a Santa Fe. Por último, el caso de Lucas Gamba. Si bien no tuvo la chance de ponerse la camiseta del Expreso (Maipú e Independiente), en la actualidad es una de las grandes figuras del Tatengue y lo viene demostrando con un alto rendimiento.
Con custodia especial
Leandro Fernández es santafesino y cuando llegó al estadio se abrazó con dos policías. Si, así como lee. El delantero estuvo un rato charlando con los uniformados y, cuando fue consultado, con una sonrisa explicó antes de meterse al vestuario: “Uno es amigo y el otro es mi primo. Estoy como en casa”. No hay dudas que el goleador está bien custodiado.