Creador de los Botton Taps y referente ineludible del music hall argentino, Aníbal Pachano, asegura que le debe su popularidad actual a la televisión y, especialmente, a su paso por “Showmatch” a partir del año 2009.
Hoy lleva adelante en Carlos Paz el musical “Family disfuncional”, candidato a un Premio Carlos como Mejor coreografía, y con un éxito que sería impensable si la pantalla chica no hubiera hecho lo suyo.
“La televisión creó un personaje conmigo”, dice el coreógrafo, bailarín, actor y arquitecto, quien afirma sin ambages que su vida artística cambió cuando “Marcelo Tinelli me tocó con su varita mágica”.
“La televisión te permite masividad, conseguirla, pero yo seguí haciendo mis espectáculos con el estilo y el gusto que tuve siempre”, dice Pachano.
“Aunque desde que me metí en la familia argentina a través de la pantalla chica logré una popularidad que también se traduce en un público nuevo que me descubrió a partir de ahí”.
Sobre si en los años 80, cuando empezaba con los Botton Tap, hubiera aceptado trabajar con Tinelli, Pachano sostiene que “nunca tuvimos prejuicios, pero en los 80 y 90 la tevé comenzó a cambiar, fue el último coletazo con gente como Eduardo Bergara Leumann o Juan Alberto Badía, muy conectados a lo artístico, que conocí y me ayudaron mucho”.
Para Pachano la situación de la tevé dio un giro de 180 grados cuando Tinelli tomó el mando porque, según él, “se generó una revolución que mezcló cosas de culto con cosas muy populares. Con los Botton Tap fuimos a ‘Ritmo de la noche’ y fue genial”.
En este punto, Pachano consideró que el animador, productor y dirigente de fútbol “hizo más populares a actores que entonces eran de culto y seguramente los hubiera incluido a todos, a las Gambas al Ajillo, a Batato Barea, Alejandro Urdapilleta y Humberto Tortonese y más personas de teatro under y el musical”.
“Marcelo -insistió- cumplió su sueño de ponernos a todos en la tevé abierta, siempre le gustaba lo que hacíamos, desde que trabajaba con Badía”.
La convocatoria a participar del concurso “Bailando por un sueño”, donde construyó un personaje que fue puliendo, “al principio me sacaba, me costaba manejar lo de las peleas, y entendí después de años que debía relajarme, por mi salud y porque eso generaba mejor recepción en la gente”, repasó.
“Tuve que aprender a no descontrolarme porque me hace mal y le hace mal a mi familia y a mis amigos. Ahora -reveló- trato de ser más contundente en la disputa verbal y lo resuelvo rápido. Borro el comentario mala leche hacia mí y lo transformo en algo positivo”.
Aunque reconoce que el ciclo genera un grupo grande de mediáticos que no se destacan en ninguna disciplina artística, a los que Pachano define como “los queni” (que ni bailan, ni cantan, ni saben actuar), se diferenció y dijo: “No soy como los vulgares que no tienen carrera o las descerebradas que lo que único que hacen es mostrar el culo toda su vida”.
Sobre sus influencias, Pachano, que se asume como un cholulo del espectáculo, colocó en un pedestal a “Niní Marshall y Tita Merello, que eran maravillosas, geniales, hiper talentosas, al igual que Libertad Lamarque”.
También menciona a Mario Clavell, a las hermanas Ethel y Gogó Rojo y a Norma y Mimí Pons, “todos impactantes, asombrosos talentosos al igual que Nélida Lobato, que para mi fue la número uno del teatro de revista en la Argentina”, puntualizó.
Colorido despliegue escénico
“Family disfuncional” hace temporada veraniega en el teatro Libertad de Villa Carlos Paz. Se trata de un espectáculo muy elogiado, donde también actúan Iliana Calabró y Virginia Gallardo junto a los cantantes y bailarines Flavia Pereda, Nicolás Armengol, Mauricio Macu, Fer Avalle, Giselle Dufour, Nacho Gonatta y la maga Dolly Kent.
El de Pachano es un music hall que cuenta la historia de la familia disfuncional con gran despliegue en baile, vestuario y escenografía.
“La obra y la historia es una excusa para pasar por todas las décadas musicales, ya que se cantan canciones populares de películas, de obras de teatro y hasta del Club del Clan. Es una puesta para toda la familia, quizá lo más familiar que hice y, aunque no es un infantil, los chicos también se divierten”, dice.