Vender a Jonathan Calleri y volver a insistir con Daniel Osvaldo, después de un primer ciclo de final conflictivo, era una movida controversial para el mundo Boca. Esos interrogantes iniciales fueron develándose con respuestas negativas para Boca y el ex futbolista de la ‘Juve’. Las recurrentes lesiones y los inconvenientes ocasionados por los problemas de su vida personal generaron una tensión que detonó el jueves en Montevideo y lo sacó del club de la Ribera.
Lo fastidió haber disputado sólo los minutos finales del encuentro contra Nacional. Guillermo Barros Schelotto, técnico firme y sin titubeos en los manejos del plantel, ya tenía apuntada su mala predisposición. Osvaldo había preferido no jugar el fin de semana pasado contra Huracán, en un partido sin trascendencia para Boca y que podía servir de banco de pruebas para conocer su evolución después de dos meses de inactividad.
Al parecer, Osvaldo sentía que no había necesidad de ser evaluado y pretendía una vuelta con protagonismo en un partido de cuartos de final de la Copa Libertadores, de visitante.
El humo de un cigarrillo en el vestuario del estadio de Nacional fue el desencadenante de una convivencia forzada durante meses. El Mellizo decidió entonces que no había más lugar para el delantero e informó, a los dirigentes que habían viajado a Uruguay, su decisión de sacarlo del plantel.
La directiva se encolumnó detrás del técnico que, desde su llegada, revirtió la realidad de un equipo que se desbarrancaba para convertirlo en firme candidato a la obtención de esta Copa. Osvaldo contribuyó al fuego que se armó tras el partido con declaraciones filosas. “Jugué bien los cinco minutos”, dijo en tono ¿irónico? Y sobre su ida en soledad de la cancha: “No pasó nada. Estoy contento”.
El último partido de Osvaldo había sido el 20 de marzo, en la derrota 2-0 contra Lanús, de visitante. Tras ese partido, se resintió en un entrenamiento de una lesión en el pie y se perdió gran parte del campeonato local y partidos importantes de la Libertadores. En la intimidad del plantel, Guillermo Barros Schelotto había dicho que Osvaldo jugaría el domingo contra Estudiantes. Ya no ocurrirá. El final del segundo ciclo del delantero en Boca - tan tortuoso como el primero- llegó ayer y no habrá espacio para revanchas.
Tres partidos en el torneo, un tiempo ante San Lorenzo en la Supercopa Argentina y 6 minutos frente a Nacional. Ningún gol. Con más ausencias que presencias, su aporte no tuvo la neutralidad de lo inadvertido sino que fue negativo para Boca al tenerlo como un conflicto siempre latente. Hasta que detonó. A dos partidos del final del semestre y con contrato hasta fines del año próximo, la historia de Osvaldo en Boca finalizó de la única manera que podía terminar: de manera escandalosa.
Su salida intensifica un problema que Boca arrastra desde hace meses: la falta de centrodelanteros en el plantel. De hecho, el único 9 natural que hasta ahora tenía Boca era el propio argentino, nacionalizado italiano. Se sabe que a Guillermo le interesa Wanchope Ábila.
“Ábila me gusta, está haciendo goles y en Huracán le está yendo muy bien”, había opinado el entrenador. Pero el propio Daniel Angelici adivirtió que los 8 millones de dólares que Huracán pide por el atacante exceden a las cuentas de Boca. “El número nos parece elevado. El precio es para venderlo afuera. Nadur es muy duro para negociar”, señaló el presidente boquense.
Lo cierto es que, sobre todo en lo inmediato, la salida de Osvaldo dejará a Carlos Tevez obligado a continuar en el lugar de 9, a pesar de no ser su posición preferida.
Ocho escándalos de Osvaldo
No es la primera vez que el delantero se va cargado de polémicas, discusiones y actitudes de rebeldía.
Pelea con Lamela
En noviembre de 2011 tuvo un conflicto que le costó diez días de suspensión y 50 mil euros. Jugando para la Roma, Dani Stone reclamó a Erik Lamela una jugada en la que no se la pasó, y recibió como respuesta un "no sos Maradona". Tras el comentario, Osvaldo golpeó al ex River.
Otro lío en Roma
Osvaldo volvió de vacaciones y los hinchas lo insultaron y pusieron una bandera en la práctica: "Volver de las vacaciones sin pedir disculpas... Para ustedes el respeto es una cosa desconocida". Si bien el trapo no era exclusivamente para él, no tardó en reaccionar. "¡Cuando termine los atiendo de a uno, si les parece!".
Una piña en Inglaterra
En el Southampton de Pochettino se peleó con el portugués Fonte y fue suspendido: "Southampton decidió suspender a Osvaldo porque su conducta no condice con lo esperado de los jugadores" dijo el comunicado del club inglés.
Duro con Icardi
En el Inter, Mauro Icardi no le pasó la pelota y decidió tirar al arco. Osvaldo le gritó: "La c... de tu madre" y Guarín evitó que le pegara. El DT Mancini lo separó del plantel.
Una chicana para River
Cuando llegó a Boca traía una remera que tenía cinco dedos y, aunque no lo admitió, fue justamente tras la goleada de verano del Xeneize a River.
Pasto para el Chavo
Ante Estudiantes, Osvaldo se cruzó con Desábato, le ofreció pastito y le miró el nombre en la casaca. El defensor manifestó: "Tuve que contenerme para no romperle la cara".
Roja en Portugal
De Boca pasó al Porto. Jugó 12 partidos y convirtió sólo un gol. En el último partido se hizo expulsar, otra de sus características como jugador: la cantidad de rojas que recibió en su carrera.