Así parece ser en Tailandia, un país de 70 millones de habitantes donde muchas de las telenovelas más populares presentan escenas de violaciones como si se tratara de algo normal y aceptable.
En una escena de “El poder de las sombras”, por dar un ejemplo de una de las telenovelas más vistas, el guapo protagonista se emborracha y viola a la actriz principal. Luego le pide perdón y son felices para siempre.
El muchacho conoce a una niña, la viola, se casan. Esa fórmula es tan común en las telenovelas tailandesas que podría decirse que es una variante de la trama típica de los novelones románticos universales.
Los violadores rara vez son castigados en las telenovelas y sus víctimas casi nunca vuelven a hablar del tema. Todo esto refleja lo que sucede en la vida real.
Sin embargo, esta fórmula está empezando a ser cuestionada y, desde hace un tiempo, llueven las condenas a las violaciones en las editoriales de los diarios y en la televisión, además de una petición específica en Internet hace algunas semanas, que reunió 30 mil firmas pidiendo a las telenovelas que dejasen de darle un toque romántico a las violaciones.
El tema cobró notoriedad este año cuando una niña de 13 años fue violada y asesinada en un tren, hecho que enfocó la atención en los mensajes que emite la cultura popular, que trivializan -e incluso alientan- las violaciones.
De hecho, el primer ministro Prayuth Chan-ocha, un ex militar que asumió el poder a través del golpe de estado de mayo pasado, tuvo que disculparse luego de decir que las mujeres que usan bikinis en la playa se exponen a ser violadas, “salvo que no sean lindas”, agregó para colmo.
Incluso el propio idioma tailandés contiene expresiones que revelan que las violaciones pueden ser algo aceptable.
En el mundo de las telenovelas, mucha gente sigue defendiendo el uso de la violencia sexual en las tramas, diciendo que es un componente clave en los altos ratings que generan estos programas en un país donde, todas las noches, 18 millones de personas, casi una cuarta parte de la población, están pegadas al televisor viendo culebrones.
Incluso una encuesta entre 2000 jóvenes de entre 13 y 19 años dijo que las escenas de violaciones era lo que más les gustaba de las telenovelas.
