Todo prometía marchar muy bien. La incipiente parejita se había conocido por medio de un amigo en común, y lo que parecía imposible sucedió: siguieron saliendo y conociéndose.
Cuando en ese devenir el panorama parecía más que prometedor, ella, de repente dejó de llamarlo, no atendió sus mensajes y, lo peor de todo, a la hora de decirle algo, sólo alcanzó a farfullar vía audio de WhatsApp: “después te llamo”. Baldazo de agua fría para él, rabia contenida y una absoluta incertidumbre acerca de lo que pasó fue el saldo de dos meses ininterrumpidos de salidas, arrumacos, intimidad y un sentimiento a flor de piel que simulaba, al menos, ser de ida y vuelta.
Lo que parece sólo cosa de adolescentes, no lo es. Este tipo de corte abrupto, y sin mediar explicación alguna, se llamado “Ghosting” -traducido como “Fantasmeo”- y también se está dando en adultos jóvenes.
En este panorama la invisibilidad y bloqueo, se suma vía red social, en donde quien practica el ‘ghosting’ ya no está para su novio/a o pareja, un puñal extra que sin explicación mella la autoestima de quien la sufre.
A modo de hipótesis sobre estas vinculaciones nuevas que el reciente mapa de relación generacional trae consigo, la psicóloga vincular Paula Corso opina: “si tengo que hablar de una hipótesis que intente echar algo de luz sobre este tipo de actitud abrupta en una pareja, diría que se trata de formas de vinculación afectiva, en las que no sólo desaparece quien decide huir sin explicación, sino que se le da al otro la condición también de fantasma al bloquearlo en la redes sociales. Una manera de brindarle esta condición es bloquearlo, ya que si no lo hiciera, se transformaría en un vínculo concreto que está allí para pedir explicaciones y exigir poner en palabras, lo que por alguna razón, el que dejó la relación, no puede”.
¿Pero qué pasa desde el umbral en donde el mundo afectivo entre dos parece un idilio de nunca acabar, al pase sin escalas del correcaminos en huida libre?
Según explica la licenciada en psicología Beatriz Goldberg (especialista en crisis individual y de pareja): “el miedo al compromiso en la pareja, o la incipiente relación, puede ser uno de los motivos por los que uno de los integrantes de la dupla, de manera inconsciente, guarda como un motivo que lo hace huir; ya sea porque en el pasado fue herido en alguna relación por la que decidió jugarse, porque le da terror el cambio y salir de la zona de confort (por más que en el fondo también desee estar con esa persona) o por temor a dejar de ser él mismo, entre otras razones”.
Esta conducta puede darse tanto en adolescentes como en adultos separados, que conocen a otra persona con la cual florecen nuevos sentimientos, pero con la que no tienen ganas de tener un gran compromiso, sino compañía. “Se ve mucho en adultos separados que ya pasaron por los hijos y el divorcio, entonces el panorama de familias ensambladas con una nueva persona, a veces los asusta”.
- ¿Por qué no puede ponerse en palabras el "no puedo" y se trata de brindar alguna explicación a la otra persona antes de hacerle "ghosting"?
- Estamos en un momento muy complicado, en el que a muchos les cuesta asumir con palabras el miedo o lo que le pasa, y decírselo al otro frente a frente, ya que éste último, al referir que ‘todo estaba bien’ está habilitado para discutir e indagar al que opta por fantasmear. Entonces en lugar de fundamentar lo que ni él sabe, prefiere perder a esa persona, que poner en palabras sus propios miedos o problemas, expresa Goldberg.
El corte inesperado del vínculo sume a la persona “dejada” en un mundo de dudas e incertidumbres que necesitan respuestas.
“El sujeto que sufre de alguien que le hace ‘ghosting’ no entiende, siente que el otro al menos le debe una argumentación, luego de haber estado en un idilio imparable. Muchas veces la persona se hostiga y baja su autoestima preguntándose sobre qué hizo ella para generar esto. Sin embargo cuando el problema irresuelto es del otro, no hay que cargar con mochilas ajenas, sino tratar de cerrar el tema; ya sea hablando con el que decidió fantasmear, y si no hay respuesta, enfocándose en su propia vida y entendiendo que el problema es del otro”, explica la especialista.
Según explica en una artículo la psicoterapeuta estadounidense Elisabeth J. LaMotte “si alguien ha sufrido varias experiencias de ‘ghosting’, tiene que examinar sus elecciones de pareja”, ya que considera que “hay que respetarse a uno mismo y no caer una y otra vez en el mismo patrón”.