Todo tiene un final

Independiente Rivadavia volvió a jugar mal y fue derrotado por Central Córdoba (1-0). Tras el partido, Pablo Quinteros dejó la dirección técnica. Ariel Agüero dejaría de jugar y sería su remplazante.

Todo tiene  un final

“Soy sincero y tengo que ser realista: no tengo fuerzas. Hice mucho sacrificio, tengo algunos problemas personales pero más allá de todo eso estoy tranquilo. Lo mejor que le puede pasar a Independiente en este momento es un cambio. Muchos dirán que van sólo tres partidos y que es prematuro para tomar una decisión así pero entiendo que es lo correcto”, eran las primeras palabras de Quinteros tras comunicarle su renuncia a los dirigentes de Independiente.

“Soy un agradecido al club porque viví un año excelente”, declaraba el Negro, que al momento que le consultaron si el motivo pasaba por algún problema con el plantel disparó inmediatamente: “de los jugadores no hablo. Yo declaro sobre lo que me corresponde y sobre mi responsabilidad. Vamos a ver qué sucede en estas próximas horas, dejé un plantel bueno; en ese aspecto estoy más que agradecido”.

“Debe ser lo último que voy a hacer como técnico, me retiro del fútbol. Dirigir Independiente es lo máximo, después de esto no tengo ambición de nada. Ser técnico de este club fue lo mejor que me pasó en mi vida. Considero que si uno hizo todo lo que debía hacer y no alcanzó, hay que dar un paso al costado; es lo que corresponde”, tiró.

Pablo Quinteros debutó como entrenador de la Lepra el 2 de mayo del año pasado, en Alta Córdoba, en lo que fue victoria ante Instituto por 1 a 0. Desde allí, dirigió 33 encuentros en los que consiguió 7 victorias, 12 empates y sufrió 14 derrotas. Poco más del 33 por ciento de efectividad.

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