Las frazadas reemplazaron ayer por la tarde a las cacerolas y se convirtieron en un símbolo de protesta ante los fuertes aumentos de tarifas, principalmente del gas pero también de la luz. Más de 200 personas se reunieron frente a la Legislatura Provincial con una manta sobre los hombros.
En el momento muchos se fueron enterando de una noticia que los alegró: la Justicia Federal había avalado un amparo presentado por la ONG Protectora para frenar el incremento del gas en Mendoza por tres meses (ver aparte). De todas formas el descontento se hizo sentir con aplausos, cánticos y bocinazos de los conductores que pasaban por calle Patricias Mendocinas.
Hasta el reclamo llegó Claudia Fernández, quien llevó un petitorio para hacer firmar a todos los interesados. “Soy una ciudadana común y se me ocurrió juntar firmas porque vi que en Tandil hacían algo parecido”, relató la mujer. En el escrito que promocionaba, aseveraba que los abruptos aumentos en las tarifas ponen en riesgo la salud y calidad de vida de la población.
Por esta razón, pedía al gobernador Alfredo Cornejo, así como a los legisladores, “que nos representen en un amparo colectivo frente a los aumentos tarifarios”. “He repartido varias planillas para que hagan firmar a más gente en los departamentos”, contó Claudia. Para convocar a los presentes montó un cartel que rezaba: “¿Usted puede pagar la luz, el agua y el gas? Yo no. Firme el petitorio por el recurso de amparo”.
Muy interesados en esta convocatoria se mostraron Mabel y Luis Boschi, a quienes a pesar de que todavía no les llegó la factura con el “tarifazo”, temen un incremento de grandes proporciones. “Estamos temblando porque somos un matrimonio con tres hijos y vivimos en una casa prestada. Sólo cobramos una asignación porque mi marido se quedó sin trabajo”, se lamentó la mujer. Ella asegura que hacen un uso muy medido del gas pero que entre sus vecinos “nadie se salvó del aumento”.
En ese momento alguien le avisó del amparo en la Justicia y se mostró esperanzada: “Esperamos que con esta medida podamos, por lo menos, pasar el invierno en paz”, deslizó.
Adrián Jesús Vargas llevaba en una carpeta sus facturas de gas para poder probar que la suba que le tocó enfrentar fue del 400%. “Antes yo pagaba $ 60 y ahora me llegaron $ 264. Soy jubilado, vivo solo y apenas estoy en mi casa”, remarcó el hombre. Narró que hasta anda con frazadas dentro de su casa porque solamente tiene una pantalla de gas.
“Tengo prácticamente que sentarme encima para calentarme”, dijo con cierto enojo. Este incremento representa, para él, un exceso y por el momento no tiene pensado pagarlo. “Voy a esperar a ver qué pasa con el amparo, total me vence el 2 de junio”, adelantó.
Más dramática se presenta la situación de Roxana Silva Jofré, quien pagó en enero-febrero $ 39 de gas y para marzo-abril le llegaron $ 1.306. “El año pasado para la misma época gasté $ 200 y si ha aumentado el consumo es porque está haciendo mucho más frío”, expuso la mujer indignada. Ella trabajaba cuidando enfermos en clínicas, pero desde hace un tiempo se encuentra desocupada. “Tengo a mi hijo que trabaja y a mis padres que me ayudan, pero sinceramente no puedo pagarlo”, subrayó Roxana.
Para ella, se trata de una desconsideración por parte de las autoridades, ya que calefaccionarse con otros medios, como la leña, representa un peligro para la salud de la población.
