Como para cualquier tarea, escoger las herramientas adecuadas influenciará en el resultado de la misma. Es por eso que la correcta elección del cepillo de dientes repercutirá directamente en nuestra salud bucal. Estas son las características clave a tener en cuenta a la hora de elegir el cepillo de dientes:
Cerdas
Las cerdas son uno de los componentes más importante; son el elemento que entra en contacto con los dientes y las encías, desplazando físicamente la placa dental. Hoy en día las cerdas de los cepillos están hechas de nylon, haciéndolas suaves, flexibles e higiénicas.
El diámetro de las cerdas es otro aspecto clave, ya que determina qué tan dúctil es para alcanzar las zonas de más difícil acceso, como debajo de las encías y entre los dientes.
Es importante utilizar un cepillo con cerdas suaves para remover la placa dental de una forma segura sin dañar el esmalte de los dientes ni las encías. Un cepillo con cerdas duras, acompañado de un cepillado vigoroso, pueden provocar la recesión de las encías, la abrasión del esmalte dental y la exposición de las raíces de los dientes.
Tamaño del cabezal
El tamaño de la cabeza del cepillo también es importante para obtener un cepillado efectivo. La elección del mismo va a depender de la amplitud de la boca y el tamaño de las piezas dentales. Es importante que el cabezal entre con facilidad para acceder sin dificultad a todos los dientes. Además, debe tener el tamaño suficiente para limpiar una o dos piezas dentales al mismo tiempo. En el caso que sea muy grande, no alcanzará fácilmente a limpiar entre las mejillas y las partes de arriba y atrás de los dientes. El tamaño del cabezal puede ser grande, compacto o subcompacto, siendo el compacto ideal para la mayoría de los adultos.
Mango
El mango ideal de un cepillo de dientes creará naturalmente un ángulo de 45 grados, perfecto para ingresar en la boca. Debe ser lo suficientemente largo como para proporcionar un agarre adecuado y cómodo, permitiendo un control y un movimiento precisos. Además, debe tener una distancia suficiente entre el área de agarre y la cabeza del cepillo para permitir un fácil acceso a los dientes que se encuentran en la parte posterior de la boca.
Siempre es fundamental consultar y chequear con un odontólogo cuál es el cepillo ideal para cada boca. Como regla general, es necesario cambiarlo al menos cada tres meses o cuando se abren las fibras ya que, con el paso del tiempo, las cerdas comienzan a mostrar signos de desgaste, reduciendo su capacidad para remover la placa de los dientes.
Fuente: Sunstar GUM Americas