¡Está Véliez!

Palmira festeja con los goles de Álvaro Véliez, autor de un doblete. Pacífico jugó mal y en el vestuario hubo tole tole.

¡Está Véliez!

Afuera un tren de carga se mueve lento, en un andar casi imperceptible. De vez en cuando provoca un estruendo como si fuera el choque de dos locomotoras. Luego, retoma su calma habitual y sigue con su paso demorado. Adentro, intentando volverse una antítesis de aquello que significó el cierre del ferrocarril nacional (en marzo de 1993), el pueblo vive y sonríe.

Atlético Palmira, desde el fervor de quienes sienten la camiseta como algo más que un escudo a representar, da batalla. Ayer,  y luego de una semana especial (Tomás Ortiz estuvo internado), le dio una lección a un apático Pacífico, que jamás puso en discusión el triunfo del Jarillero y terminó descontrolado adentro y afuera de la cancha.

Quizás estos juveniles “aurinegros”, crecidos a la vera de un ferrocarril que hace mucho despidió los trenes de pasajeros, decidieron copiar el empuje de la locomotora. Encolumnados detrás del convencimiento que marcó la propuesta que llegaba desde el banco de suplentes (ayer también colaboró Daniel Arias), los esteños golearon y alcanzaron el objetivo de salir de la última posición, esa que al final del torneo condenará a un equipo a bajar de categoría.

Con un Álvaro Véliez inspirado para ganar las espaldas de la última línea visitante, Palmira encontró la llave del gol rápidamente. Lucas Merino manejó con mucha inteligencia el contragolpe y cedió para el “7”, quien ganó en velocidad y definió con un remate cruzado.

El juego pedía una reacción de Pacífico y no hubo respuestas. Es cierto que los de Andrés Villafañe tuvieron el balón durante gran parte de la etapa inicial, pero su insistencia a lanzar pelotazos cruzados terminó siendo predecible y casi sin réditos. La más clara para los sureños llegó en un mano a mano de Diego Méndez frente a Eduardo Garro, que concluyó con una enorme tapada del “1” local.

Párrafo aparte para el colegiado Matías Gomina, quien   no sancionó un clarísimo penal en favor de Pacífico, tras un planchazo de César Cáseres sobre Emanuel Martínez.

De todas formas, fue lo más cerca que Pacífico estuvo de poner en aprietos a Palmira. En el complemento, con mucho orden e inteligencia para sorprender de contragolpe, el Jarillero sentenció la historia con una gran definición de Véliez. Y quedó para el final el golazo de Luciano Cuello, a pura gambeta, para desatar una fiesta que pretende trasladarse afuera, a esos galpones que hace mucho perdieron la risa.

Un vestuario caliente

Aunque en cancha hubo un fuerte cruce entre Luciano Peinado y Federico Allende luego del tercer tanto “jarillero”, nadie imaginó que la tarde iba a terminar más caliente de lo habitual.

Apenas ingresados todos los integrantes del plantel, y con la puerta cerrada, se desató una discusión (no fueron identificados los protagonistas) que pudo llegar a mayores si no fuera por la intervención de algunos integrantes del cuerpo técnico. 
El malestar incluyó la salida apresurada de Andrés Villafañe del vestuario. El DT se disculpó frente a la prensa y prefirió no declarar.

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