“Es imposible que el Papa no supiera lo de Verona”

Sergio Cavalieri es abogado de víctimas de abuso en el Instituto Próvolo de Italia, donde estuvo el padre Corradi antes de Mendoza.

“Es imposible que el Papa no supiera lo de Verona”

El nombre de Nicola Corradi (el "padre Nicolás" desde que llegó a nuestro país hace casi 20 años) surgió cuando las víctimas de los abusos sexuales en el Instituto Antonio Próvolo de Verona, ya adultos, comenzaron a hablar entre sí en 2009. Por eso integra la lista de 27 religiosos denunciados (12 de los cuales ya murieron) ante el Vaticano.

En Italia muchos ya daban por perdida la batalla y se habían resignado a la impunidad de los denunciados, porque los hechos ocurrieron hace tanto tiempo que ya prescribieron para la ley.

Sin embargo, la revelación de los mismos abusos en Mendoza ha revitalizado la esperanza de justicia de las víctimas, que desde 2009 venían alertando que algunos sacerdotes pedófilos de Verona se habían refugiado en Argentina.

Además de Corradi apuntaban contra Giovanni Granuzzo (superior del Instituto Próvolo de La Plata), Fratel Spinelli y el ya fallecido Albano Mattioli.

Entre los denunciantes está Sergio Cavaliere, abogado de algunas víctimas, quien presentó los casos ante el Vaticano en 2009 y aún espera una respuesta de la Santa Sede.

Los Andes dialogó con este letrado italiano que intregra la Red de Sobrevivientes del Abuso Eclesiástico. Desde Italia, confirmó que son 67 los denunciantes de los abusos en el Próvolo de Verona y que entre los acusados está Nicolás Corradi, hoy preso en Mendoza.

-¿De cuándo data la primera denuncia contra Corradi?

-Las denuncias contra Corradi son por su actuación antes de 1997, cuando fue trasladado a La Plata y desde allí a Mendoza. Las primeras denuncias contra 27 sacerdotes y laicos salieron de un grupo de 67 personas sordas de Verona en una carta a la revista L’Espresso. Allí contaban que estos 27 sacerdotes y religiosos habían abusado de ellos.

Posteriormente, pidieron a la diócesis de Verona investigar a 15 institutos para sordos y acusaron a Corradi y otros religiosos ante el Vaticano. La diócesis respondió que las personas sordas eran usadas y que su coordinador (hermano de un sordo abusado) quería beneficios económicos.

-¿En qué consisten esas denuncias?

-Las personas sordas denuncian haber sido sodomizadas por la fuerza, obligadas a masturbarse y a practicar sexo oral y otros actos similares. Añaden que la violencia física fue sistemática, agravada por su dificultad para hacerse entender. El Vaticano en 2011 instituyó una comisión de investigación que terminó en la nada.

Ante la Comisión testimoniaron otros 5 sordos que no habían presentado denuncia a la Curia. Entre los acusados estaba el obispo Giuseppe Carraro, que murió en 1981. Él está en proceso de beatificación, iniciada en 2008 y que no está firme porque el escándalo no ha terminado.

-¿Por qué recién en 2009 salieron a la luz estos hechos ocurridos varias décadas antes?

-Las víctimas no lo denunciaron por miedo, vergüenza, porque nadie les cree y por la dificultad para expresarse que tienen. Es una típica dinámica de las víctimas de abuso infantil. Es ingenuo esperar que un niño ya débil por su sordera denuncie a una autoridad tan poderosa.

-¿A qué atribuye el silencio del papa Francisco sobre el escándalo en Mendoza?

-El papa Francisco está en silencio porque en 2014, a través de nuestros corresponsales en Argentina, la activista Julieta Anazco y el abogado Carlos Lombardi, ya habíamos denunciado la presencia de estos sacerdotes en Argentina en la sede de La Plata, cerca del arzobispado de Buenos Aires que presidió Bergoglio hasta 2013.

Estas denuncias en contra de los religiosos del Próvolo se conocían desde enero de 2009 y en Argentina a partir de abril de 2014. Es imposible que él no supiera lo que pasó junto a su arquidiócesis, porque las denuncias ya eran conocidas en todo el mundo, aunque la opinión pública no sabía que los 4 religiosos estaban escondidos en la Argentina.

-¿Usted considera que el Papa sabía de estas denuncias en Verona contra los sacerdotes?

-Como Sumo Pontífice no puede ignorar que una Comisión había investigado en 2011 en el Vaticano a 27 religiosos, un número enorme. Ahora no dice nada porque es demasiado fuerte la vergüenza por lo que estaba ocurriendo en su patio trasero, justo frente a sus ojos. Y no dice nada porque la mentira del arzobispo (Franzini) de Mendoza es irreparable.

-Desde que se involucró en estas denuncias, ¿lo contactaron desde el Vaticano?

-Yo personalmente no he tenido ningún contacto con el Vaticano. Nosotros denunciamos ante el Tribunal de Verona a uno de los sacerdotes, el padre Agostino Micheloni, pero la ley italiana dijo que los crímenes habían prescripto, violando el Convenio de Lanzarote.

También solicitamos resarcimiento al Instituto Próvolo, pero nunca tuvimos respuesta. Francisco ha visitado una sola vez a una víctima sorda, una mujer. Pero no como una víctima sino porque era el día de las personas con discapacidad. A la mujer abusada le dijo que lo sentía, pero que no había suficientes evidencias contra los sacerdotes.

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