La “torcida” pasa por una crisis de creatividad en este Mundial, donde medios de prensa, redes sociales, patrocinadores y fans emprendieron una campaña para recuperar la iniciativa en las gradas de la hinchada local, acusada de recurrir a cánticos “gastados” y “aburridos”.
Aun siendo mayoría en los estadios, la afición brasileña quedó opacada en muchos momentos de los partidos de su selección por hinchadas más efusivas. Ante México, en la entrada al estadio ya podía verse a algunos hinchas repartiendo panfletos en un intento por “patentar” nuevos cánticos de aliento. La idea era desterrar el “Yo soy brasileño, con mucho orgullo, con mucho amor”, que fue creado en 1949 por un maestro de escuela para que sus alumnos cantaran en una olimpíada estudiantil. Según lo calificaron varios medios de prensa, el tema está “gastado” y es “somnífero”, “aburrido” e “irritante”.
Pero el voluntarismo de los hinchas no surtió efecto. Los mexicanos, minoría en el estadio Castelao (8.000 entre 60.000 brasileños), se hicieron sentir tanto o incluso más, por momentos, que los dueños de casa.
En imágenes del programa “Fantástico” de la TV Globo brasileña, el humorista Marcelo Adnet, rodeado de mexicanos en el estadio de Fortaleza, imploró: “Vamos a abrir un concurso para crear una canción para nuestra selección, ¡por el amor de dios! ¡Se nos están tragando en casa!”. “¿Si Brasil tiene el mejor fútbol, por qué los brasileños no cantan?”, se preguntó afónico un hincha mexicano a la salida del estadio. “Nosotros tenemos más de 20 canciones diferentes”, se jactó.
Fue después de ese partido que las campañas en busca de la hinchada perdida se hicieron más contundentes. Entusiastas comenzaron a arengar a la hinchada a través de las redes sociales; analistas, columnistas y blogueros abordaron el asunto con una mezcla de preocupación y humor; artistas nacionales fueron llamados para sugerir estrofas y rimas; marcas patrocinadoras de la FIFA y la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) auspiciaron minieventos destinados a proponer nuevas canciones. En la búsqueda de explicaciones, la más extendida fue la que sugiere que el público que asiste a los partidos del Mundial no es (por cultura ni posición económica) el mismo que va a los partidos del Campeonato Brasileño, el cual exhibe un enorme y creativo repertorio, además de verdaderas coreografías en las tribunas.
Un estudio puntual realizado por el instituto Datafolha, vinculado al diario "Folha de Sao Paulo", reveló que 67 por ciento de los 693 entrevistados al entrar al último choque de Brasil, se declararon blancos y el 90 por ciento pertenecientes a las clases A o B, las dos de mayor renta.
Los resultados no condicen con el perfil de la población brasileña en general, cuya mayor franja (41 por ciento) se declara parda (en el estadio fueron 24 por ciento) y el 15 por ciento negra, contra el seis por ciento que así lo hizo en el Mineirao, donde Brasil se midió ante Chile y clasificó en forma agónica a los cuartos de final del torneo.
Tras el partido, el portal R7 expresó: “El equipo es malo, pero la hinchada es peor. No podemos admitir que el mundo, perplejo, crea que los brasileños ‘desaprendieron’ a hinchar. ¡Qué vergüenza!”, lamentó.
Maestro, alumno y amigos: los inseparables Mondragón y Ospina
Pelean por un el puesto de arquero de la Selección cafetera, pero son buenos amigos. David Ospina aprovecha cada instante para aprender todo de su maestro, Faryd Mondragón. Y como son los últimos momentos en el fútbol del ex Independiente de Avellaneda, el joven de 25 años no deja de alabarlo. “Faryd es un grande y para mí es un orgullo ser su compañero”, dice Ospina. Si Ospina se desborda en elogios hacia Mondragón, el veterano Mondragón hace lo propio y asegura que el arquero del Niza francés es un digno sucesor de esa gran generación de arqueros colombianos de los últimos 20 años conformada por René Higuita, Óscar Córdoba y el fallecido Miguel Calero. Él (Faryd) no se incluye en la lista, pero por supuesto que ahí está.
“Todos esos arqueros tenemos que quedar atrás y David tiene que escribir su propia historia. Pero estamos tranquilos porque lo hace muy bien”, dice Mondragón quien fue el arquero titular de Colombia en el Mundial de Francia 1998, en el que su equipo no pudo pasar de la fase de grupos. Esa vez llóró por la eliminación ante Inglaterra y en este mundial, también se quebró cuando Pekerman lo puso en los minutos finales cuando Colombia ganó por 4-1 a Japón e inscribió su nombre como el jugador más viejo en jugar un Mundial.
La danza de Armero se está poniendo de moda en Fortaleza
Los pasos de danza con los que el colombiano Pablo Armero suele festejar los goles de su equipo se pusieron de moda en Fortaleza, donde el equipo cafetero juega hoy ante Brasil.
En la avenida Beira-Mar, una de las más turísticas de la capital del estado de Ceará, los hinchas colombianos que llegaron a la ciudad para el partido se dedican a enseñar los pasos del baile, llamado “Armeration”, a sus rivales brasileños a cambio de aprender la danza local, el “forró”.
El baile de Armero ya era conocido por los brasileños que siguen el fútbol, ya que ésa era la forma del lateral de festejar goles y triunfos cuando jugaba por el Palmeiras. Lo hizo por primera vez en 2010, para celebrar un gol de su equipo ante el Santos. Armero afirmó que la danza que hacen los colombianos para festejar sus goles es algo expontáneo para “transmitir alegría”.
Brasil confía en haber superado la crisis emocional
Tras pasar por el diván de la psicóloga, la selección de Brasil asegura que ya no es el equipo inseguro y con los nervios a flor de piel que logró por penales ante Chile una agónica clasificación a los cuartos de final del Mundial de fútbol.
El astro Neymar, de sólo 22 años, fue el elegido por el técnico Luiz Felipe Scolari para tranquilizar a los brasileños. Lógico: había asombro en el país por la crisis de llanto que afectó a varios de los jugadores antes de la tanda de penales que definió en favor de Brasil una batalla de 120 minutos cerrada en 1-1.
“No hay ningún problema emocional. Estamos todos bien. Fue un partido emotivo, cada uno lo sintió a su manera, pero todos estamos preparados para enfrentar a Colombia y, si dios lo quiere, avanzar a la próxima fase”, aseveró el delantero del Barcelona antes del duelo de cuartos de hoy en Fortaleza ante Colombia.
El propio Scolari había admitido el lunes su preocupación por el estado emocional de sus pupilos ante la presión que supone buscar en casa el sexto título mundial. En un encuentro con un grupo reducido de periodistas de su confianza admitió que su equipo necesita “menos corazón y más fútbol”, según relatararon participantes de la reunión.
El día siguiente, los jugadores de Brasil sostuvieron una reunión de una hora con la psicóloga Regina Brandao, a la que la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) recurrió para dar apoyo emocional a los jugadores, y después de ello el ambiente pareció calmarse en el búnker de Granja Comary.
“Yo nunca había hecho nada de este tipo (charlas con psicólogos), y en realidad me está gustando mucho. Es bueno, y no solamente para nosotros, los deportistas, que enfrentamos emociones todos los días. Ustedes (periodistas) también deberían hacerlo, porque hace bien a todos”, dijo Neymar, al ser indagado sobre el tema el miércoles.
El lateral Dani Alves, por su parte, aseveró que los jugadores de Brasil son conscientes de la necesidad de superar las dificultades, “ya sea con el fútbol o con el corazón”, y sostuvo que el drama que supuso la batalla con Chile por el pase a cuartos fortaleció al grupo: “Aumentó mucho nuestra confianza”.
“Todos estamos preparados para lo que venga. Lo que enfrentamos ante Chile nos motivará aún más para hacer nuestro mejor y nos prepara para el caso de que ocurra otra tanda de penales. El equipo está preparado y administra bien su parte emocional”, aseveró asimismo el mediocampista Ramires.