Lo primero que salta en la charla con Zeta es una foto de Soda, jovencísimos los tres, con una damajuana en el centro.
- Uy, sí, me acuerdo, es que antes tomábamos vino en damajuana, no quedaba otra- ríe como si regresara adoleciendo a aquellas vacaciones en que empezó a asomar Soda Stereo en la piecita del fondo de su casa.
- ¿Pero te acordás cómo fue la primera charla con Gustavo?
- Con él nos la pasamos coqueteando como tres años en la Facultad. Él tocaba en unas bandas, yo tocaba en Morgan. Eran esos tiempos en que me pagaban por hacer covers de los Bee Gees en algún bar de Palermo.
Pero un día le pasé un casete. ¿Viste que esa época era como la red social del casete? Vos le grababas un playlist alguien y era como que le querías decir todo.
- ¿Entonces terminaron en el fondo de tu patio, con damajuanas y ganas de conquistar al mundo?
- Naa, más bien era divertirnos. Pura espontaneidad. Hacíamos canciones en cualquier idioma que no sabíamos. Queríamos cantar en alemán. Y cantábamos en jeringoso. Total ¿quién nos iba a escuchar? De eso ya salió algo que después Gustavo armó los primeros bocetos de "Jet Set", por ejemplo.
- ¿Y Charly Alberti cómo entró?
- Entró correteando a la hermana de Gustavo. Sí, estábamos en una pileta y cayó la hermana con el número de teléfono de un pibe que la estaba persiguiendo. Dijo que tenía una sala de ensayo, cosa que no era muy común en esa época. Así que Gustavo lo llamó y terminamos armando Soda entre esas paredes.
Claro que hubo muchos laberintos previos. Zeta y Gustavo tratando de encontrar un rumbo musical y yendo a ver un show de Chick Corea para ver si la cosa iba por el jazz.
Zeta descubriendo el punk y abrazándolo como religión. Gustavo cantando en"Vozarrón", una banda que tocaba en los bares de San Telmo; Zeta colgándose el bajo en Morgan, un grupo de covers sin vocalista pero en el que le pagaban para afrontar la facultad.
"Entonces lo invité a cantar con nosotros, covers de Bob Marley, de Joe Jackson, imaginá". Eso, hasta que llegó la new wave y fue eso, la epifanía.
- Decime que tenés algún casete de Vozarrón...
- No, pero él debe tener....
La piel se eriza. Zeta tiene un lapsus y habla de Gustavo como si estuviera ahí, vivo, ensayando algún acorde en algún sillón.
- ¿Pudiste despedirte?
- (Suspira) Sí, de alguna forma. Me hubiera gustado compartir nuestro proceso a esta edad, ya más grandes. Pero la vida es así. Y esos últimos cuatro años de a mor que lo rodearon hicieron que yo me reconciliara con muchas cosas.
A Zeta le sigue pasando eso de que la gente se le acerque a decirle "gracias" por todo lo que dejó Soda. Pero su vida sigue por ríos electrónicos y por presentaciones constantes en discos de todo el mundo, bajo su piel de Dj.
"Es que las máquinas estuvieron presentes desde el principio. Me acuerdo cuando estábamos en San Fernando con Andrés (Calamaro) y él tenía un sintetizador polifónico. No podíamos parar.
Después estuvimos con Los Encargados, hicimos la versión de "Trátame suavemente" y si lo pensás Soda tiene mucho de música electrónica. Y los discos solistas de Gustavo ni hablar. Es algo que creció con nosotros.
Entonces, ahora que se mueve de lleno en esas aguas, el ex bajista consiente: “En la música electrónica hay muchos menos prejuicios que en el rock”. Ahí vos te movés por todas las corrientes con la naturalidad de un camaleón.
"Porque si lo pensás -continúa- ahora nadie compone con una guitarra; agarrás el aparato y entrás a navegar".
Algo de eso hay en el modo en que Zeta y Maxi Trusso se conocieron. Zeta había lanzado a la web una suerte de concurso-casting en el que proponía que cualquiera interviniera sus pistas. "Y Maxi me llamó que quería participar. Me pareció un tierno. Le dije que trabajáramos directamente, que él no necesitaba castinear".
De ese encuentro quedó el link para subirse ahora juntos a escena con la idea de "entretener" a la pista mendocina.
- ¿Cómo sabés lo que entretiene?
- Es un pálpito. Depende del tipo de fiesta, del lugar. Yo creo que para este nos vamos a poner más tecno.
- Pero además de tus sets, te tira colgarte el bajo a veces, ¿o no? Lo hiciste con La Ley.
- Sí, tenía ganas. Estaba en Miami cuando me llegó la propuesta. Además era una banda que volvía, cosa que tiene sentido porque la viví. A veces uno empieza a hacer cosas con espontaneidad, como juego, pero después las presiones se vuelven un peso complicado. Gustavo supo de eso. Por eso creo que en sus discos solistas respiraba con libertad.
El resultado con La Ley fueron dos conciertos hermosísimos. En uno, el de Viña, hicimos una versión de "Crimen" inolvidable. Todos encendieron los celulares, enviándole luz a él.
De todas maneras, ya su cabeza está pensando en "caer con algo nuevo", un próximo material electrónico que prepara bajo el nombre “Shut the Radio”.
- Última pregunta, Héctor Pedro Juan Bosio Bertolotti, ¿por qué te dicen Zeta?
- Como estábamos influenciados por las bandas de la época, nos gustaba ponernos un nick. Acá se ponían apodos como "Tuca" o "Piltrafa". A mí, porque siempre fui medio redondo, me decían "Gordo" a secas. O "Torino" (por Héctor). Pero en ese momento hacía deportes acuáticos y los del club me llamaban Zeta, por cetáceo.
Ríe: “Por ballenáceo, más bien”.
La ficha
Fiesta Unik
Zeta Bosio + Maxi Trusso
Día y hora: hoy, a las 23.30
Lugar: Arena Maipú. Entrada: $150, Vip: $250. Entradas a la venta en: Alpaca de Arena Maipú; Tarjeta Nevada (Las Heras 460, Ciudad) y otros.